Considerado un niño prodigio, el talento de Frédéric François Chopin no le salvó de una vida difícil. De salud débil y carácter melancólico, el llamado "el poeta del piano" murió a los 39 años dejando una colección de obras de gran sensibilidad.
CHOPIN EN UNA FOTOGRAFÍA DE 1849
Esta es la única fotografía conocida de Chopin, tomada en 1849, el mismo año de su muerte.
TRISTEZA
Nacido como Fryderyk Franciszek Chopin, vino al mundo el 1 de marzo de 1810 en un pueblo llamado Żelazowa Wola, perteneciente al Ducado de Varsovia, a cuya capital se mudaron al poco de nacer él. Su madre procedía de una familia de buen linaje aunque venida a menos, mientras que su padre era profesor de francés, literatura y música. Creciendo en un ambiente de alta cultura, el pequeño Fryderyk se interesó muy pronto por la música gracias a su hermana Ludwika, quien le enseñó a tocar el piano.
Al darse cuenta de su talento, su padre se preocupó de que tuviera la mejor formación posible tanto en las escuelas estatales de música como por parte de profesores privados. Desde la infancia empezó a componer -creó su primera pieza a los 7 años- y tocar el piano ante un público selecto, ganándose una notable fama que le permitió viajar al extranjero y entrar en contacto con las grandes corrientes musicales de Europa, especialmente las de tradición germánica.
CASA NATAL DE CHOPIN EN ŻELAZOWA WOLA
La casa es hoy en día un museo.
Allí donde daba un concierto el público respondía con gran entusiasmo, especialmente en Viena. La capital austríaca era uno de los grandes polos musicales de su tiempo, pero Chopin nunca acabó de sentirse cómodo ante un público numeroso, prefiriendo la intimidad de los conciertos de cámara. Además detestaba tener que plegarse a las modas del momento, lamentándose de que la aristocracia “solo quería oír valses”, que no iban en sintonía con el estilo de su música.
Su carácter melancólico se veía reforzado por su enfermedad, que históricamente se ha considerado tuberculosis. Sin embargo, este diagnóstico ha sido puesto en entredicho por el hecho de que esta enfermedad es muy contagiosa y, en cambio, la mayoría de las personas que convivieron con él no enfermaron. Una excepción fue su hermana más pequeña, Emilia, que murió a los 14 años dejando una gran tristeza en Fryderyk, que se sentía muy unido a ella.
REVOLUCIÓN
Mientras se encontraba en Viena, estalló en su patria polaca un suceso que dejaría una gran huella psicológica en Chopin: el Levantamiento de Noviembre contra el dominio ruso, que fue reprimido duramente por el ejército del zar y que llevó a decenas de miles de polacos a huir de su país, especialmente a Francia. El músico se sentía muy unido a su patria y habría querido apoyar a los revolucionarios, pero sus amigos le convencieron de que no lo hiciera, en parte debido a su frágil salud.
Desde entonces siempre llevaría consigo la frustración por no haber podido hacer nada por su país y, en señal de protesta personal, nunca renovó su pasaporte que ahora le habría identificado como ciudadano ruso y, como consecuencia, no volvió a pisar su tierra natal. En homenaje a sus conciudadanos compuso dos estudios: el llamado Estudio Revolucionario (Op. 10, nº12), una de sus piezas más intensas, y el conocido como Tristeza o El adiós (Op. 10, nº3), una despedida a su patria polaca.
En 1831 dejó Viena y se instaló en París, empezando los que posiblemente fueran los años más felices de su vida. Francia se convirtió en su segunda patria y cambió su nombre por el de Frédéric François; con el tiempo, diría que había llegado a querer a su país de adopción tanto como a su Polonia natal. El ambiente parisino era mucho menos rígido que el de Viena y se sentía más libre para crear la música que a él le gustaba: poco después de su llegada compuso una de sus piezas más famosas, el Nocturno Op. 9, nº2.
Los círculos de intelectuales eran otro gran estímulo de la capital francesa y en uno de sus encuentros conoció a quien sería su pareja más famosa: Aurore Lucile Dupin de Dudevant, una baronesa divorciada que se dedicaba a la literatura con el pseudónimo masculino de George Sand. A pesar de la mala impresión mutua que se causaron inicialmente, terminaron conviviendo durante ocho años, aunque su relación pronto se convirtió en poco más que amistad. Sin embargo, la finca que Sand tenía en Nohant proporcionó a Chopin la tranquilidad que necesitaba para componer y un poco de paz de espíritu, además de un clima benéfico que mitigó los achaques de su enfermedad. Y no menos importante, le permitió centrarse completamente en su música sin tener que ganarse la vida dando clases.
GEORGE SAND, EN UNA FOTOGRAFÍA DE 1864 POR NADAR
GOTAS DE LLUVIA
En 1838 la salud de Chopin empeoró de nuevo y su médico le aconsejó trasladarse a Mallorca, cuyo clima creía que le favorecería. Junto con Sand y los hijos de esta -Maurice y Solange- se instalaron en la cartuja de Valledemossa, donde el músico esperaba encontrar paz y tranquilidad para componer. Sin embargo, aquel viaje le resultó fatal: el invierno fue muy lluvioso, agravando los síntomas de su enfermedad y su melancolía, que se vio reflejada en una de las composiciones que terminó allí, el preludio conocido como Gotas de lluvia (Op. 28, nº15).
Al terminar el invierno, la pareja regresó a París. Sin embargo, la salud de Chopin nunca se recuperaría del todo, a pesar de las estancias en la finca de Nohant. Sand empezó a cansarse de compartir su vida con un hombre enfermo y su hijo Maurice sentía celos de él; su hija Solange, en cambio, le tenía en gran estima y confianza. Las relaciones entre ellos se fueron tensando y estallaron definitivamente cuando Sand publicó su novela Lucrezia Floriani, cuyos protagonistas reflejaban la situación que ella misma vivía.
CELDA DE FRÉDÉRIC CHOPIN Y GEORGE SAND EN LA CARTUJA DE VALLDEMOSSA
La celda nº4, donde se alojaron el músico y la escritora, contiene una pequeña colección de retratos y objetos, como el piano que usó Chopin durante su estancia.
La ruptura obligó a Chopin a volver a las salas de conciertos para ganarse la vida, a pesar de que su salud lo desaconsejaba totalmente. En 1848 aceptó la invitación de una noble escocesa, Jane Stirling, que presumiblemente se había enamorado de él y se ofreció como mecenas si se instalaba en Londres. Chopin aceptó la invitación por necesidad económica, pero fue un error fatal: el pésimo clima londinense dio el golpe de gracia a su salud física y también emocional, puesto que encontró “horrible y extravagante” el gusto musical de los ingleses.
El pésimo clima londinense dio el golpe de gracia a la salud física y emocional de Chopin, que murió al año siguiente.
Aguantó siete meses antes de volver a Francia, pero ya estaba demasiado débil para componer, tocar o enseñar. Pasó su último año en un apartamento del nº12 de la plaza Vendôme de París, trabajando como pudo en algunas piezas y atendido por su hermana Ludwika, que viajó desde Polonia para cuidarle. Sabiendo que su fin estaba próximo muchos amigos acudieron a despedirse de él, entre ellos Solange; también George Sand quiso verle de nuevo, pero Ludwika no se lo permitió.
En la madrugada del 17 de octubre de 1849, el canto del poeta del piano se apagó para siempre. Fue enterrado en el cementerio de Père-Lachaise pero, cumpliendo su última voluntad, su corazón fue enviado a Polonia para ser enterrado en la Iglesia de la Santa Cruz de Varsovia. Tras media vida de ausencia, Fryderyk Franciszek Chopin volvió a la patria que había añorado durante veinte años.
MURIÓ EL 17 DE OCTUBRE DE 1849 : La misteriosa muerte de Chopin
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/misteriosa-muerte-chopin_14780
Tras la muerte el 17 de octubre de 1849 de Frederic Chopin y la pérdida del informe forense de su fallecimiento, se inició un debate que a día de hoy aún está abierto: ¿De qué murió exactamente el compositor polaco?
El fallecimiento de uno de los compositores más famosas de toda la historia, Frederic Chopin, que falleció el 17 de octubre de 1849, continúa siendo todo un misterio. Chopin sentía un miedo atroz a ser enterrado de forma prematura, por lo que deseaba que a su muerte le extrajeran el corazón (así se aseguraba que estaba muerto y bien muerto). Así pues el órgano del compositor polaco fue depositado en un recipiente repleto de coñac que se conserva en la cripta de la iglesia de la Santa Cruz, en Varsovia. Su cuerpo, sin embargo, está enterrado en el cementerio Père Lachaise de París, ciudad en la que murió.
LA PÉRDIDA DE UN INFORME CRUCIAL
Frederic Chopin exhaló su último suspiro en un apartamento en la mítica plaza Vendome de París muy joven, con apenas 39 años de edad. En el certificado de defunción se reflejó como causa de la muerte del artista la tuberculosis, la cual le fue diagnosticada meses antes por una de las autoridades más importantes de la época, Jean Cruveilhier, considerado como el anatomista más destacado de Francia durante la primera mitad del siglo XIX. Tras hacer la autopsia del corazón de Chopin, el informe redactado por el propio Jean Cruveilhier se perdió, pero Jane Stirling, una aristócrata escocesa que fue una de las últimas alumnas de Chopin, envió una carta al músico Franz Liszt en la que le informaba de que el médico había dicho que "la autopsia no determinó la causa de su muerte, pero parecía que los pulmones estaban menos afectados que el corazón. Es una enfermedad que nunca había encontrado previamente".
Tras la muerte de Chopin, el prestigioso anatomista Jean Cruveilhier redactó un informe forense que se perdió
En abril del año 2014, se llevó a cabo una ceremonia privada en la iglesia de la capital polaca. El frasco de cristal en el cual estaba depositado y conservado en coñac el corazón de Chopin se extrajo de la cripta donde se guardaba para ser sometido a una inspección ocular por genetistas y forenses. Los científicos querían confirmar que el órgano que había en el frasco estaba en buenas condiciones para poder responder a la pregunta: ¿Qué mató realmente al creador de los Nocturnos y las Baladas?
NEGATIVA A UN ANÁLISIS CIENTÍFICO
Pero el frasco, bien sellado, no fue abierto para proceder al examen del órgano que contenía y hacer un análisis de ADN. Los científicos tuvieron que enfrentarse a una negativa generalizada por parte de numerosas personalidades: la tataranieta de una de las hermanas de Chopin, el antiguo director del Instituto Chopin de Polonia y el arzobispo de Varsovia, el cardenal Kazimierz Nycz. Para Rose Cholmondeley, presidenta de la Sociedad Chopin con sede en Londres, autorizar el estudio de ese frasco es muy complicado, ya que, según sus palabras, "es como una reliquia religiosa, y un análisis de ADN deja mal sabor de boca" y para mucha gente "la sensación sería de profanación". Pero para Cholmondeley hay otra razón para que el análisis de ADN no se lleve a cabo: "No es absolutamente seguro que sea el corazón de Chopin". Cholmondeley rememora una historia que se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando un soldado alemán se llevó el corazón de Chopin de la iglesia antes de que ésta fuera destruida en un bombardeo. Tras pasar por muchas manos, y en un extraño giro de los acontecimientos, el mismo hombre que llevó a cabo la destrucción de la iglesia, el general de la SS Erich von dem Bach-Zelewki, comandante de las fuerzas alemanas que brutalmente acabaron con el Levantamiento de Varsovia en el verano de 1944, fue el que acabó salvando el corazón. Sin embargo, como dice Cholmondeley, es difícil diferenciar la realidad de la ficción en esta historia. También existe la posibilidad de que el corazón que se volvió a guardar en la cripta de la iglesia en octubre de 1945, en medio de la celebración patriótica tras la liberación de la ciudad, no fuera el de Chopin.
Un general de las SS alemana evitó que el frasco donde estaba el corazón de Chopin desapareciera tras ordenar el bombardeo de la iglesia de la Santa Cruz
Sin embargo, para Tadeusz Dobosz, el científico forense que llevó a cabo la inspección ocular del corazón en abril de 2014, no existen dudas sobre a quien pertenece el corazón: "La condición, el tipo de líquido para preservar el órgano, el tipo de hilo usado para coser el corazón tras la disección en París, el tipo de frasco... todo, en nuestra opinión, es de esa época".
TEORÍAS PARA UNA MUERTE MISTERIOSA
Pero ¿de qué murió el genial compositor? El profesor Clark Lawlor, de la Universidad de Northumbria, en el Reino Unido, publicó un libro sobre la visión de la tuberculosis en la literatura. En la primera mitad del siglo XIX, la tuberculosis era la forma de morir que cualquier artista hubiera deseado. Si hay una enfermedad mortal que pueda considerarse atractiva, ésta es la tuberculosis: "Es la idea romántica de la tuberculosis como una enfermedad glamurosa de los bellos y los genios. ¿Cómo puede una enfermedad estar de moda o ser romántica? Inexplicable, pero esa posición paradójica es la que imperaba en el siglo XIX", cuenta Lawlor. Así pues, que le diagnosticaran tuberculosis a Chopin era hasta cierto punto normal para la época. Era un personaje profundamente romántico. La conmovedora pasión y emoción de la música del genio polaco llevó a su contemporáneo alemán Robert Schumann a describirla como "cañones ocultos bajo las flores". Si a todo ello añadimos la apariencia de Chopin, delgado, pequeño, muy pálido, y lo que sobre él dijo su amante George Sand ("Chopin tose con una gracia infinita"), podemos concluir que Chopin coincidía perfectamente con el estereotipo del típico artista romántico.
Aunque una de las teorías que se ha barajado sobre la muerte de Chopin fuera la de la fibrosis quística, para Sebastián Lucas, profesor emérito de Patología del Hospital Guy y St Thomas de Londres lo que en realidad acabó con la vida de Frederic Chopin fue la tuberculosis, enfermedad que en el siglo XIX fue muy común en Europa y América del Norte y que se convirtió en un asesino devastador. Asimismo, el profesor Michael Witt, de la Academia de Ciencias de Polonia, y que participó en la observación del corazón, dijo que éste "estaba cubierto con una fina capa de materiales fibrosos blancas, y además eran visibles pequeñas lesiones". Síntomas reveladores de pericarditis, una grave complicación de la tuberculosis. El científico concluye que con casi total probabilidad "Chopin sufría de tuberculosis y la pericarditis fue probablemente la causa inmediata de su muerte".
Según algunos científicos, la tuberculosis que padeció Chopin podría haberle producido complicaciones cardíacas que al final acabaron con su vida
Fuera lo que fuere que acabase con la vida del excepcional músico polaco, la iglesia de la Santa Cruz, en Varsovia, continuará siendo un lugar de peregrinaje para los devotos de Chopin, que acuden convencidos de que ahí descansa el corazón del más grande de sus compatriotas. Por su parte, el frasco, perfectamente sellado, continuará reposando en su nicho sin volver a ser molestado hasta el año 2064 (por lo menos, ésa es la recomendación que han hecho los científicos tras haber sellado y guardado de nuevo el envase con el órgano del genial compositor en su lugar de reposo).
Artículo principal: Anexo:Obras de Frédéric Chopin
Chopin representa un extraño caso entre los compositores intérpretes (en su caso, de piano) que ha alcanzado reputación como gran compositor. Su música de cámara yy vocal es escasa y la orquestal comprende unas cuantas obras concertantes. En todas ellas, siempre hay un piano involucrado. Sus amigos y colegas lo animaron a abordar otros géneros; cuando el conde de Perthuis le animó a escribir un melodrama, el músico respondió: «Dejad que sea lo que debo ser, nada más que un compositor de piano, porque esto es lo único que sé hacer».57
El piano alcanzó en el siglo XIX su máxima popularidad. Había dejado completamente de lado al clavicémbalo y se adecuó perfectamente a la expresión individual del sentimiento, característica del Romanticismo.27 Los fabricantes perfeccionaban el instrumento mejorando su variedad de matices, la pureza y riqueza del timbre y las posibilidades sonoras.
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