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Un estudio genético liderado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva ha logrado arrojar luz sobre el origen de este pueblo de las estepas de Asia central, que en el siglo VI fundó un imperio cuyo centro se estableció en la cuenca de los montes Cárpatos.
Panorámica de la estepa mongola.
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Cuando oímos hablar de los hunos, lo primero que nos viene a la mente es la figura de Atila, aquel fiero guerrero de las estepas que aterrorizó a los habitantes del Imperio romano allá por el siglo V d.C. Pero existe otro pueblo, tal vez no tan conocido como los terribles hunos, pero no menos temido. Se trata de los ávaros, sus inmediatos sucesores. De hecho, sabemos que los ávaros, procedentes de algún punto de Asia Central, dominaron gran parte de Europa Central y Oriental durante casi 250 años, estableciéndose en lo que hoy se conoce como la "llanura panónica", una región que abarca vastas áreas de las actuales Hungría, Serbia, Croacia, Eslovaquia, Rumania, Eslovenia, Austria y Bosnia.
Mapa histórico de los Balcanes entre los años 582-612 d.C.
Pero ¿de dónde vinieron concretamente? Tanto los historiadores antiguos como los modernos han debatido profusamente este extremo durante mucho tiempo, y a pesar del gran debate académico generado sobre su misterioso origen, la verdad es que no ha logrado esclarecerse donde se encuentra su patria original. Lo que sí sabemos con certeza es que desde el año 560, los ávaros, liderados por el caudillo Bayan Jagan, establecieron un imperio que duró más de 200 años, centrado en la cuenca de los Cárpatos.
LA LARGA MIGRACIÓN DE LOS ÁVAROS
Fueron los historiadores bizantinos los primeros que hicieron referencia a los ávaros, ya que Bizancio fue su principal enemigo, y se preguntaron sobre el origen de ese pueblo de guerreros tras su repentina aparición en Europa. Por su parte, los historiadores actuales también se preguntan si los ávaros fueron un grupo migrante bien organizado o si en realidad se trataba de una banda de fugitivos que huyeron de la estepa mongola tras la destrucción por los turcos del Imperio Rouran (que estaba compuesto por una confederación de tribus euroasiáticas que se extendieron por algunas zonas de China entre los siglos IV y VI). De hecho, la arqueología ha señalado abundantes paralelismos entre los materiales arqueológicos descubiertos en la cuenca de los Cárpatos y los artefactos nómadas euroasiáticos (armas, vasijas, arneses para caballos), como por ejemplo, un pectoral de oro en forma de lúnula que fue utilizado por un personaje de la élite como símbolo de poder. También se sabe que los ávaros introdujeron el estribo en Europa. Sin embargo, hasta la fecha no se ha podido rastrear el origen exacto de esta población en una región tan amplia como la estepa euroasiática.
Los historiadores actuales se preguntan si los ávaros fueron un grupo migrante bien organizado o si en realidad se trataba de una banda de fugitivos que huyeron de la estepa mongola tras la destrucción por los turcos del Imperio Rouran.
Fotografía de los montes Cárpatos.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Cell, ha logrado obtener y analizar los primeros genomas antiguos de miembros de este pueblo, y tras compararlo con otras muestras de ADN antiguo, los investigadores han llegado a la conclusión de que las coincidencias más cercanas provenían de algunas tumbas del siglo VI en lo que hoy es Mongolia. Así, los resultados han proporcionado la evidencia genética directa de una de las migraciones de larga distancia más importantes y veloces de la historia humana antigua. "Abordamos una pregunta que ha sido un misterio durante más de 1.400 años: ¿Quiénes fueron las élites ávaras, misteriosos fundadores de un imperio que casi aplastó Constantinopla y durante más de 200 años gobernó las tierras de la actual Hungría, Rumania, Eslovaquia, Austria, Croacia y Serbia?", se pregunta Johannes Krause, autor principal del estudio.
LO QUE CUENTA EL GENOMA SOBRE LOS ÁVAROS
Los ávaros no dejaron nunca registros escritos sobre su historia y, según los investigadores, estos primeros datos obtenidos sobre el genoma han proporcionado algunas pistas sólidas sobre sus orígenes. "La contextualización histórica de los resultados arqueogenéticos nos permitió acotar el posible momento de la migración. Los ávaros cubrieron más de 5.000 kilómetros en unos pocos años desde Mongolia hasta el Cáucaso, y diez años más tarde se asentaron en lo que ahora es Hungría. Se trata de la migración de larga distancia más veloz de la historia humana que podemos reconstruir hasta este momento", explica con entusiasmo Choongwon Jeong, otro de los autores del estudio.
Los ávaros cubrieron más de 5.000 kilómetros en unos pocos años desde Mongolia hasta el Cáucaso, y diez años más tarde se asentaron en lo que ahora es Hungría.
Guerreros de las estepas en plena batalla. Dibujo.
Guido Gnecchi-Ruscone, otro de los investigadores, agrega que "además de su clara afinidad con el noreste de Asia y su probable origen debido a la caída del Imperio Rouran, también vemos que las élites ávaras del siglo VII muestran de un 20 a un 30 por ciento de ascendencia adicional no local, probablemente asociada con el norte del Cáucaso y la estepa de Asia occidental, lo que podría sugerir una mayor migración desde la estepa después de su llegada en el siglo VI". De hecho, la ascendencia de Asia oriental se ha encontrado en individuos de varios de los yacimientos estudiados en el área de asentamiento central entre los ríos Danubio y Tisza, en la región central de Hungría. Sin embargo, fuera de la zona de asentamiento primario se ha descubierto una alta variabilidad en los niveles de mezcla entre individuos, especialmente en Kölked, en el sur de Hungría. Esto, según los investigadores, sugiere la presencia de una élite de inmigrantes ávaros que gobernaba a una población diversa apoyada en una élite local bastante heterogénea.
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