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domingo, 13 de noviembre de 2022

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCLXXXV.- Jacinto Pérez Maza junto a Gaspar con los pastores macheteros, lograron contundente victoria contra un grupo de 15 jinetes bandoleros, que pretendieron asaltar a la casa - hacienda; Melania Valverde Torres, viaja a Amaluza para recoger a su padre...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el caporal Jacinto Pérez Maza, al mando de 18 pastores, se prepara para un encuentro contra un grupo de bandoleros, quienes serían 12 individuos; el probable enfrentamiento será en los límites de los terrenos del sector Loma Vieja, los asaltantes en un exceso de optimismo, creían que tendrían éxito rotundo, por que según ellos nadie los detectó, y que bajo la sorpresa ellos dominarán a los defensores de la casa - hacienda y se apropiarán de sus tesoros; ellos están decididos a todo, sin importarles la vida de sus víctimas; pero, lo que ellos desconocían que el olfato felino del caporal, ya los tiene en la mira y está esperándolos en los límites de los terrenos del sector Loma Vieja.... ..sigamos la historia.............

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Jacinto Pérez Maza, haciendo uso de su olfato prodigioso, se dispone a enfrentar a un grupo de bandoleros, que si fueron algo inteligentes a emplear "exploradores"; pero, hubo un error garrafal, ellos cruzaron de día claro, que si bien no causaron pánico; pero, su sola presencia despertó la curiosidad de un pastor, quien dio la voz de alarma al caporal, quien ya está actuando al tener ese dato.
Volviendo a la historia, después de 3 horas de la jornada a pie, que la vencieron con cierta dificultad, llegaron los macheteros al mando del caporal Jacinto Pérez Maza, a los límites de los terrenos, él escogió ese sector, por que existía un callejón de aproximadamente unos 30 metros de extensión y era paso obligado del camino; cuyos bordos(lados o costados del camino) laterales alcanzan una altura de hasta 2 metros, que era sellado por ambos costados con un cerco natural de mejicos (agaves) muy tupidos que hacían las veces de límites de la propiedad y les servía para controlar al ganado que no invada terrenos ajenos.
Los recién llegados, en completo silencio se tumbaron al suelo tomando ambos bordos del callejón.
El tiempo avanza, seguramente ya estamos llegando a las 22:00 horas de la noche, y completamente oscura, cuyo silencio anticipaba un eminente choque; Jacinto les anticipó que él, les dará la orden del ataque, para que ellos salten sobre los jinetes derribándolos de las monturas y acuchillándolos al mismo tiempo hasta matarlos, así fueron las órdenes y con advertencia de vivir o morir luchando....
Seguramente, transcurrieron unos 40 minutos y se escuchó el tropel de acémilas, que venían trotando aceleradamente; pues, eran los jinetes bandoleros, era un acontecimiento previsto con exactitud por el caporal.
Los jinetes, disminuyeron su velocidad y se disponían ingresar al callejón, los pastores listos los observaban entrar, esperando las órdenes del caporal, el avance fue de dos jinetes, quienes entraron muy confiados al callejón y salieron al otro lado, ante la atenta mirada de Jacinto y sus pastores, que todavía no hubo orden de ataque.
Los dos forasteros, trotaron unos 500 metros hacia adelante, luego se pararon y conversaron entre ellos, en seguida dieron media vuelta y retornaron al callejón lo cruzaron y salieron por donde llegaron y continuaron hasta desaparecer en la oscuridad de la noche; ellos fueron "exploradores", quienes no detectaron a nadie.
Jacinto Pérez Maza, que estaba junto a Gaspar, en voz baja le dijo:
--- Esos jinetes fueron unos "exploradores", los enviaron para tantear el camino y detectar si habían vigilantes; pues, ellos se fueron bien seguros que nadie los vigilaba y si demostraron que conocían el camino y la existencia de este callejón.
Gaspar, le contestó:
--- Señor caporal, usted sabe controlarse muy bien, por que de ser yo, los hubiese matado a esos jinetes.
Jacinto, le respondió así:
--- Claro está, sólo matabas a dos y los demás huían, y tendríamos mucho tiempo esperando un nuevo ataque, en cambio como los hemos dejado pasar, todos ellos muy confiados avanzarán al callejón sin temor a vigilantes, espero que lo crucen juntos, por que si lo hacen de dos en dos, tendremos problemas en nuestro ataque, guardo la esperanza que pasarán juntos y los sorprenderemos en pleno callejón.
Gaspar, aliviado de sus pensamientos, le respondió:
--- Señor Caporal, sinceramente usted piensa igual que los asaltantes, con tanta exactitud que nos sorprende; uno de los pastores lo califica a usted como un brujo que adivina los pensamientos de los cuatreros y que pelea con tanta facilidad que no hay contrario (enemigo) contra usted, todos lo respetamos.
Al terminar de hablar Gaspar, se escuchó el tropel de jinetes, ahora había mucho ruido, lo que significaba que venían todos, primero entraron dos y lo siguieron los demás, que lo hicieron fila, que era justamente lo que deseaba Jacinto y cuando todos estuvieron en el callejón, Jacinto dio la voz de ataque así:
--- ¡¡¡¡ Pastores ataquen a los intrusos !!!! 
Los pastores incluido el caporal desde los bordos; saltaron como mismos felinos sobre los cuerpos de los jinetes, quienes sorprendidos, no pudieron controlar a sus caballos que asustados corcovearon arrojando por los aires a jinetes y atacantes, cayendo al suelo el jinete atravesado por un filudo machete y muriendo en acto, algunos jinetes murieron pisoteados por sus propios caballos, todo fue tan rápido, con el control absoluto de los pastores, quienes habían entrenado una y otra vez este ataque, que les fue fácil ejecutarlo.
En aquella noche oscura, sólo se escuchaban alaridos moribundos, y algún relincho de un noble caballo que ya no tenía a su jinete, que terminó con el triunfo rotundo del caporal, cuya pelea no demoró más de 15 minutos, que si fueron crueles para los asaltantes, todos ellos murieron con los brazos mutilados, otros les cercenaron las cabezas y otros perdieron parte de sus piernas, fue una carnicería cruel y despiadada.
Después de la pelea, Jacinto ordenó el conteo de los jinetes intrusos; pues, no fueron 12 sino 15 hombres; suma casi similar a los defensores; como los caballos trataban de huir muy asustados, el caporal ordenó detenerlos, él dio una mirada a las monturas, y todas contaban con lazos enrollados (betas).
Entonces, Jacinto fue a donde  Gaspar le dijo:
--- Gaspar, tenemos que enseñarles a los bandoleros, que nosotros nunca les permitiremos que nos asalten y que siempre los esperaremos si lo intentan, vamos a ser muy crueles, cargaremos los cadáveres en cada caballo cruzándolos sobre las sillas y los arrearemos un buen trecho, para que las acémilas con su muerto sobre el lomo lleguen a su lugar de origen.
Era una decisión espeluznante y macabra; pero, no había otra opción, que demostrar la fuerza defensora a la intención del asalto; efectivamente los pastores se mancharon sus ropas con la sangre de los cadáveres cargándolos a las sillas de montar, los amarraron muy bien para que no se caigan, cuando los 15 caballos estuvieron cargados, se escogió a un caballo guía que fue un viejo alazán, les subieron los frenos(bridas) asegurados en el lomillo y los arrearon, el caballo guía arrancó trotando muy bien sin necesidad de un jinete que lo guie; seguramente los arrearon por unos cuatro kilómetros, ya en la madrugada que despejaba y se escuchó el quiquiriquíes de un lejano gallo madrugador anunciando la llegada del nuevo día.
Jacinto, hizo un alto y les dijo:
--- Muchachos, ya arreamos lo suficiente, nos regresamos, ya los caballos recordarán el camino a casa y no se quedarán en el camino por que llevan los frenos en el hocico y no pueden mordisquear hierbas.
Los 18 pastores, quienes no tuvieron muchos heridos, tan sólo algunos rasguños, golpes en el cuerpo, y sus ropas destrozadas por el esfuerzo en la pelea, regresaron entrando en fila al callejón, sus ojotas si se ensuciaron con la sangre desparramada sobre el suelo de los cadáveres estuvieron por allí; ellos salieron al otro lado y recién se dieron un respiro de alivio, que una vez más se libraron de un grupo de asaltantes, que pretendieron los tesoros de la hacienda "La Encalada Vieja".
Pasaron 15 días, la casa - hacienda estaba completamente vigilada día y noche, que lo realizaban los pastores por turnos; incluso los pastores de Loma Vieja también vigilaron; ya que el caporal temía una respuesta violenta de los compinches y familiares de los jinetes muertos, pero nadie llegó, ni transeúntes se cruzaron por esos caminos; se tejió un silencio que si preocupaba a Jacinto, pero nunca le hizo saber a Melania.
Es que los silencios entre delincuentes contra sus víctimas, son más peligrosos por que nunca se sabe cuando devolverán el golpe, muchas veces se toman largos tiempos, sólo esperando la oportunidad más propicia para la venganza que será certera y cruel; esa conjetura la tenía muy claro en su mente Jacinto.
Jacinto y Melania, intensificaron sus actos normales  de patrón a empleado y guardaron en silencio sus sentimientos amorosos, estaban obligados a preservar las apariencias que entre ellos no había nada, que la obligada relación del trabajo con respeto y decencia.
Jacinto y Melania, quienes ya siendo enamorados declarados no compartían ningún abrazo, pensando en el respeto de los pastores, ellos si conversaban y se reían en público en el cumplimientos de sus tareas en la hacienda, y Juana la fiel cocinera guardó en secreto este romance de la patrona, hasta que llegue su padre.
Como ya transcurrieron 45 días, 15 días más de lo previsto; Melania preparó su caballo y el caballo de su padre, quien viajará nuevamente a Amaluza para traer a su padre, que seguramente él, habrá superado sus dolencias reumáticas.
Melania al despedirse, abrazando cariñosamente a Jacinto, le dijo:
--- Jacinto, todos los papeles de la hacienda, quedan en el cajón de la mesa del dormitorio; tu sabes, nadie tiene la vida comprada, voy en camino muy largo, por lo que tu asumes el control y responsabilidad mientras estemos nosotros ausentes.......................
Continuaremos........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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