Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los: Orígenes del Señor de Sipán; el joven líder Siekik, estaba de visita en los terrenos que fueron de Zankoc, que tenía como responsable a Kamokac; además, allí vivía y trabajaba Nachamok concubina del joven líder que le dio el hijo varón; durante la noche él compartió la cama y cumplió con su relación marital, el niño durmió en cama diferente, el joven líder después se quedó profundamente dormido, que no escuchó bullicios en el exterior del templo; pero, en la madrugada Nachamok, escuchó nuevamente movilización de guerreros, ella despertó al líder, quien se levantó y salió, afuera fue informado que Kamokac, estaba batiéndose contra una tribu invasora en las planicies del Este; por lo que él y parte de los vigilantes del templo llegaron al campo de la pelea, él arengó a sus guerreros a combatir y derrotar al enemigo... ..sigamos el relato...
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue: El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia:
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
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El joven líder Siekik, al llegar al campo del combate, los encontró a sus guerreros al mando de Kamokac, que estaban estancados peleando contra una tribu invasora; alarmado por este peligroso atoro, él ordenó a sus guerreros atacar, quienes se sintieron arengados y envalentonándose con la presencia de su líder y se armó un duro combate cuerpo a cuerpo y sus guerreros unidos comenzaron a avanzar rompiéndose la fortaleza enemiga, aún era compacta, ellos eran muchos más que los defensores por lo que Siekik, se abrió al lado derecho, cediendo parte del terreno al enemigo.
Eran sus clásicas tácticas del joven líder Siekik, que engañaba a los atacantes y cayeron en la trampa al aflojar su fortaleza que se les hacía imbatibles, quienes al dispersarse permitieron a Siekik atacar desde su flanco al debilitado costado invasor.
El joven líder Siekik, y sus guerreros abrieron un claro en la formación de los invasores, e ingresaron a esa fortaleza, casi era un ataque suicida; pero, Siekik sabía lo que hacía, quien luchaba con su porra contra dos o tres invasores al mismo tiempo y todos caían muertos o heridos, por sus poderosos ataques.
Sin embargo, al calor del combate Siekik y sus guerreros, se vieron rodeados de enemigos, pues era la trampa que seguía su curso, quien derribando enemigos acompañado de sus defensores destruyeron a los rivales que no pudieron resistir a la embestida y lo que parecía un avance enemigo, se convirtió en una matanza de invasores que mermaban su poderío y caían.
El avance de Siekik, era incontenible, que lo que fue una fortaleza de los enemigos fue destruida, gracias a Kamokac y sus guerreros que avanzaron por el otro flanco.
Kamokac, hizo la táctica de ataque horizontal, abriendo a sus guerreros que engañosamente los enemigos creyeron avanzar y fueron batidos, ya se notaba en el camino bultos de hombres muertos o heridos fuera de combate; pero, no eran los defensores sino los invasores, quienes al verse perdidos intentaron huir.
Sin embargo, el joven líder Siekik, había avanzado tanto que llegó a la retaguardia del enemigo y desde allí, era él quien rodeó, quedando envueltos los invasores que aún combatían y empezó la matanza definitiva, era cruento el combate, que aquella noche oscura cuando empezó el combate, ya se notaba en el horizonte la claridad, pero en el campo de la pelea sólo se escuchaban alaridos, gemidos y gritos de los moribundos.
Llegó el momento decisivo, que para los invasores era luchar o morir que aún se mantenían en pie, ya ellos perdieron el vigor de la lucha y eran fáciles víctimas de los poderosos ataques de las porras que destruían sus cabezas, ellos desesperados no podían huir, sólo la opción era combatir hasta morir.
Cuando, finalmente se encontraron Siekik y Kamokac, sin ningún enemigo para batir, sólo habían cadáveres amontonados sobre el suelo; era horroroso observar esa cruel matanza, que Siekik, estaba obligado por su experiencia acumulada, para él no era posible que queden testigos enemigos, había que exterminarlos a todos.
Siekik y Kamokac, unidos lograron una victoria contundente contra los intentos de la tribu invasora, que acechaba a las prósperas tierras cultivadas, también fue una enseñanza para Kamokac, que cuando se batía con un invasor había que exterminarlo, ya que los sobrevivientes que huyen, regresan con tantos intentos y siempre hay que estar alerta con vigilancia constante.
Ya amaneció, siendo las 06:00 horas del nuevo día, era una victoria para Siekik y muerte en combate para los invasores, que esta vez no se conocía su origen, como nadie quedó vivo, tampoco su dialecto.
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío.
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Siekik, ordenó un conteo, y si hubieron 22 guerreros heridos, algunos graves con lesiones profundas en los brazos, espalda, pecho; pero, ninguno era mortal; en el bando invasor sólo un montón de cadáveres, que según como se hizo la suma eran cuatro veces la suma de dos manos, se llegó a sumar 40 combatientes invasores.
Siekik, le dolía en el alma, observar a sus guerreros lesionados, algunos se quejaban por el dolor; por lo que ordenó cargarlos en hombros por los guerreros ilesos hasta el lugar de vigilancia, por que allí los esperaban los curanderos con sus remedios desinfectantes.
Siekik, decidió abandonar a los muertos invasores, sin darles sepultura, por que ya aprendió que de esa labor se encargaba la naturaleza mediante las fieras depredadoras y las aves carroñeras, era una acción cruel, pero no había otra opción.
Todos los guerreros retornaron a los terrenos, en el asentamiento los agricultores esperaban la primera comida y luego partir a sus tareas agrícolas, si se comentaba sobre el combate que se tuvo en las planicies donde ellos no participaron, por que fueron los visitantes quienes defendieron esos terrenos.
Siekik, regresó al templo, ya Nachamok se había levantado y trabajaba en las cocinas, su hijo ya estaba siendo atendido por la moza encargada, hubo un saludo de padre a hijo, no era abrazo, por que no se usaba ese símbolo de afecto, el padre le puso sus manos sobre los hombros del niño.
Después, Siekik salió del templo y se unió a Kamokac, quien lo invitó al taller de confecciones; allí la instructora era la responsable, hubo un encuentro muy sentimental, por que ella era quien se sentía enamorada del joven líder dio un largo suspiro al verlo, pero no hubo otra manifestación; como ella era tejedora se había confeccionado una bata que se ajustaba por la cintura con un lazo, vaya que al caer la bata dejaba ver unos pronunciados glúteos que sobresalían, que el joven líder lo observó con atención y tal vez con deseos libidinosos, pero eso fue todo, en aquellos tiempos no habían caricias ni abrazos; él por respeto a la madre de hijo no podía tener otra concubina en esa zona.
Entonces, hubo diálogo, por que él, quería agradecerle de alguna manera su apoyo a la crianza de su hijo, ya que él, las impulsó a ella y Nachamok la crianza de su hijo y le dijo:
--- Mujer, estuve en el templo donde mi hijo crece y tiene el cuidado de una moza, y lo está haciendo bien, tu la escogiste y su trabajo es excelente, yo vi a mi hijo que ha crecido, sólo te pido que le permitas libertad y se una a otros niños.
Kamokac, quien escuchaba con atención el diálogo de Siekik con la instructora; justamente él, había establecido una construcción donde todos los niños se junten para jueguen entre ellos, sin distinción de privilegios, quien intervino y le dijo:
--- Oh Gran Líder, yo construí una sala donde estarán todos los niños, que nacieron desde que estoy aquí, todos ellos juegan, pero su hijo aún no participa, considerando que debe estar sólo.......
Siekik, interrumpiéndolo, le replicó:
--- Kamokac, es un error separar a mi hijo de los demás niños, él es parte de estos terrenos, y desde hoy estará todos los días con esos niños, no hay ningún privilegio, ya que todos son hijos de guerreros.
La instructora, si tenía pensado que el niño cuando cumpla unos años más de edad, será preparado por instructores en el uso de las armas y tal vez identificar alguna habilidad propia de su persona.
Además, la instructora tenía el compromiso con su propia tierra, sabia que allí nació el hijo varón que tanto buscó el joven líder, y será educado para ser un líder igual o mejor que su padre, ella que aún no siendo la madre asumió el reto de formar un gran guerrero; ya olvidó las discrepancias con Nachamok, ahora ambas serán las educadoras del nuevo líder (heredero de Siekik).
Entonces, ella le dijo:
--- Oh Gran Líder, como responsable junto a la madre Nachamok, hemos pensado que su hijo cuando tenga edad y que pueda soportar el peso de la porra, será instruido en su manejo, también él puede saber otras cosas, que nosotros identificaremos, si le aseguro que su preparación será en el arte de la guerra, por que siendo su hijo, ha heredado seguir su ejemplo, ya estoy buscando a los dos guerreros que se encargará de su entrenamiento, ellos serán seleccionados por mi persona, por que yo también aprendí a pelear contra rivales.
Kamokac, escuchó con atención a la instructora y cuando terminó de hablar, le dijo:
--- Mujer, tengo responsabilidad de la producción de estos terrenos y la defensa contra el ingreso de las tribus invasoras, y me alegro mucho que hayas pensado en la instrucción del hijo del gran líder; pues, como él lo ordenó, todos nuestros hijos, recibirán entrenamiento junto al hijo del líder, él no estará separado, sino se acostumbrará estar con niños de su propia edad y ambos escogeremos a los instructores que se encargarán de enseñar el arte del manejo de las armas a los niños.
Siekik, que escuchó a los líderes, que estaban en el centro de discusión por su hijo, les respondió:
--- Líderes, tanto tu mujer como tu Kamokac, ustedes son los responsables de la defensa y producción de estos terrenos y también de la crianza de los niños; yo estoy de acuerdo, que mi hijo estará con otros niños y juntos serán entrenados, esa es mi decisión.
Kamokac y la instructora se rieron entre ellos, y no comentaron la orden del joven líder; Siekik, abandonó el taller de confecciones, no sin antes hacer una venia de agradecimiento a la instructora........
Continuaremos.....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui.
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