domingo, 13 de julio de 2025

Medio Ambiente.- Océanos: El Mediterráneo hierve: cuando el Mare Nostrum se convierte en un mar tropical

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, nos entrega un informe que el Mar Mediterráneo se está convirtiendo en una caldera, con temperaturas que oscilan  hasta en 30.55°C, que nunca antes hubieron aquí, el calentamiento de las aguas marinas impide las brisas marinas lo que produce tórridas noches tropicales..... siga leyendo...............

https://www.nationalgeographic.com.es/medio-ambiente/mediterraneo-hierve-cuando-mare-nostrum-se-convierte-mar-tropical_25483

ESA

La primera ola de calor del verano ha disparado los termómetros en la península ibérica y elevado la temperatura del Mediterráneo hasta niveles récord.





El Mediterráneo se ha convertido en una caldera, algo que no solo incomoda a los bañistas que acuden cada verano a las costas, especialmente en Levante y Baleares, sino que representa una seria amenaza para numerosas especies marinas, cuyo hábitat cambia a ritmo acelerado mientras enfrentan la competencia de especies invasoras mejor adaptadas al calor.


Los registros no mienten. La temperatura media del Mare Nostrum ha superado los 26 ºC, dos grados por encima de la temperatura  media de esta época del año. Algunas marcas han sido especialmente preocupantes. Por ejemplo, los 30,55 ºC que registró el pasado 30 de junio la boya de Dragonera, en Baleares, una temperatura más propia de un mar tropical.

Consecuencias más allá del agua

En tierra firme, el aumento drástico de la temperatura se traduce generalmente en un mayor riesgo de incendios forestales, pero en la costa las consecuencias pueden ser más drásticas. El calentamiento del agua del mar viene aparejado de una reducción de la brisa marina, lo que es sinónimo de tórridas noches tropicales que minan la salud de quienes habitan cerca de la costa, especialmente aquellas personas aquejadas de enfermedades respiratorias, así como ancianos o niños.

Como ocurre normalmente con las estadísticas, los datos dispuestos en frío —con perdón por la antífrasis— ocultan dinámicas preocupantes difíciles de representar con valores. La progresión histórica revela que el Mediterráneo se ha convertido en uno de los puntos más sensibles al cambio climático. La temperatura aumenta aquí mucho más rápidamente que la media mundial, una situación que genera especial inquietud entre los científicos.

Los datos acumulados evidencian una ola de calor persistente que está asolando la región, con numerosos picos severos de temperaturas extremas, especialmente notables en el sudeste de España y en el norte de Marruecos. Esta situación podría tener consecuencias devastadoras para la biodiversidad , y para los recursos pesqueros.

No se trata solo del aumento de la temperatura de la superficie del mar, sino también de las olas de calor marinas, unos fenómenos adversos más difíciles de identificar que están siendo especialmente severos en el mar Mediterráneo.

A modo de muestra, los informes del servicio marítimo del programa Copérnico de la Comisión Europea, de cuyos datos se extrapola que el Mediterráneo es el mar más afectado por estos fenómenos extremos.

Este calentamiento excepcional desencadena efectos en cascada: proliferación de medusas, decoloración de corales y cambios drásticos en todo el ecosistema marino. Las grandes beneficiadas son las especies invasoras, que tradicionalmente encontraban barreras naturales en las temperaturas más frías del Mediterráneo.


Es el caso, entre otros, del pez león. Desde que en 1991 se capturara el primer ejemplar en aguas de Israel, esta especie invasora se ha propagado por todo el Mediterráneo, desde la zona más oriental del Mare Nostrum hasta las costas españolas. Su apariencia colorida y llamativa esconde un peligro alarmante, pues se trata de una especie especialmente voraz. No supone un peligro directo para la fauna marina del Mediterráneo, pero sí que provoca estragos de manera indirecta, pues compiten con ellas por los recursos marinos.

Todos percibimos los efectos de las olas de calor atmosféricas, pero existen otras menos visibles, pero más peligrosas: las que ocurren bajo la superficie marina. Su impacto silencioso puede ser más devastador que el calor que sentimos en la piel en verano.

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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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