Reunidos en esta ciudad palaciega los tres grandes (Churchill, Truman y Stalin) acordaron las condiciones para la rendición de Japón y se repartieron la derrotada Alemania
Sentados alrededor de esta mesa del palacio de Postdam se puede ver a Churchill (izquierda), Stalin (derecha) y al presidente Truman de espaldas a la cámara en el centro.
La muerte del presidente Roosevelt en abril de ese mismo año había aupado a la presidencia a su vicepresidente Harry S. Truman, quien acudió al encuentro sin la experiencia ni contactos diplomáticos de su colosal predecesor. Igualmente Churchill llegó a la palaciega ciudad alemana deprimido por su derrota en las elecciones generales celebradas el 5 de julio y su próxima sustitución como primer ministro por Clement Atlee, dejando a Stalin como el hombre fuerte de la conferencia.
Una Europa en paz
El primer punto a tratar fue el destino de la Alemania nazi. Sobre la mesa se pusieron diferentes propuestas, desde su desintegración en un rosario de microestados hasta su ocupación permanente por los aliados, pero al final se decidió repartirla en cuatro zonas bajo control soviético, británico, americano y francés con la promesa de permitir su reunificación e independencia en un futuro cercano.
Antes el país debía ser desnazificado, eliminando todos los símbolos y elementos de propaganda fascista al tiempo que los principales jerarcas nazis serían castigados por sus crímenes de guerra en los futuros juicios de Nuremberg. La industria alemana fue igualmente afectada, cerrándose todas la fábricas de armamento y vehículos para evitar un futuro rearme que llevara a una Tercera Guerra Mundial.
Alemania y la ciudad de Berlín fueron divididos en cuatro zonas bajo ocupación aliada, mientras que el este del país y la Prusia oriental fueron entregadas a Polonia y la URSS como compensación de guerra.
Un tema más espinoso fueron las indemnizaciones de guerra que exigían los soviéticos de Alemania, algo que ni británicos ni americanos se sentían inclinados a aceptar para no convertir el tratado de paz en otro Versalles que llevara al país a la miseria y al radicalización, de modo que al final se acordó que cada potencia tendría autoridad de aplicarlas o no en su zona de ocupación.
Polonia y Japón
Pero la verdadera manzana de la discordia de la conferencia fue Polonia. La primera víctima de la guerra se encontraba en ese momento ocupada por el Ejército Rojo de Stalin, quien había instalado un régimen comunista opuesto al gobierno polaco exiliado en Londres con vistas a anexionarla a la Unión Soviética. A ello se oponían tanto Churchill como Atlee, peor al final Truman acabó por ceder y dejar el caso en manos de un consejo de ministros que la entregó a los comunistas, ganándose así el apoyo de los rusos en la guerra todavía en marcha contra Japón.
Los tres grandes se dan la mano al inicio de la conferencia de Postdam. Esta imagen de amistad entre potencias pronto se resquebrajaría por el inicio de la Guerra Fría y el enfrentamiento entre capitalistas y comunistas.
Clement Atlee (sentado a la izquierda) sustituyó a Churchill como Primer Ministro el 26 de julio, firmando la declaración de Postdam dirigida a Japón.
La Conferencia de Postdam confirmó pues la separación del mundo entre países comunistas y capitalistas que ya se había empezado a perfilar en Yalta, con Polonia absorbida por la URSS, Berlín y Alemania divididos entre los ganadores y Corea como futuro teatro de la primera batalla de la Guerra Fría.
- La devolución de todos los territorios europeos anexionados por la Alemania nazi desde 1938 y la separación de Austria.
- La desmilitarización, desnazificación, democratización, descentralización[5] y descartelización de Alemania.[6]
- La división de Alemania y Austria en cuatro zonas de ocupación (ya acordada en la conferencia de Yalta), y una división similar de Berlín y Viena.[5]
- La persecución de los criminales de guerra nazis.[5]
- El establecimiento temporal de la línea Oder-Neisse, que sería la frontera del territorio administrado por el Gobierno de Polonia. (La frontera final entre Alemania y Polonia debía ser discutida en una conferencia de paz final.)
- El reasentamiento «de forma ordenada y humana»[7] de las minorías alemanas de Polonia, Hungría y Checoslovaquia dentro de las nuevas fronteras establecidas para Alemania y Austria.
- Acuerdo para la reconstrucción. Los aliados estimaron sus pérdidas en 200 000 millones de dólares. Alemania fue obligada a pagar únicamente 20 000 millones en productos industriales y mano de obra. Sin embargo, la Guerra Fría evitó que se pagara esta deuda.
- La declaración de Potsdam del Reino Unido, los Estados Unidos y China, la cual exigió la rendición incondicional de Japón.[8]
- Stalin inicialmente quería la ruptura de toda relación con el Gobierno de Franco. Finalmente, se llegó al acuerdo que Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña se opondrían a la entrada de España en la Organización de Naciones Unidas.[cita requerida]. No hay documento histórico que avale que en la Conferencia de Postdam se hablase de la situación de España tras la guerra civil española.
- Esto llevaría más tarde a un mundo bipolar en la Guerra Fría, donde por primera vez el comunismo y el capitalismo se separarían de una forma física.
- El resto de los asuntos debían tratarse en una conferencia de paz final tan pronto como fuera posible.





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