miércoles, 24 de septiembre de 2025

Una norma que no siempre fue así: ¿Cuándo y por qué se estableció el celibato obligatorio para los eclesiásticos?

 Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, nos entrega un informe, sobre ¿por qué se estableció el celibato en el clero católico?, la respuesta se presume y se afirma que un sacerdote casado heredará su fortuna a su esposa e hijos, y por lo tanto la iglesia pierde patrimonio; por lo que en los Concilios del Siglo XII, se implantó el celibato obligatorio para quienes tomaban los votos y los hábitos...... siga leyendo................



Durante siglos los sacerdotes se casaban y tenían hijos. ¿En qué momento, y por qué, se les impuso la abstinencia marital?


Pinacoteca Vaticana

Abel G.M.
Abel G.M.

Periodista especializado en historia, paleontología y mascotas 



Aquí en la imagen, se recrea a la izquierda a un sacerdote del Siglo X, acompañado de su esposa, que era usual en aquellos tiempos y a la derecha un sacerdote moderno célibe; son cambios de la Iglesia Católica que ha provocado mucha deserción del clero con templos vacíos y sin sacerdotes.
Imagen.- Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde. Creada a nuestra sugerencia por: 


Hoy en día, asociamos al clero católico a una serie de normas, entre las cuales la del celibato. Pero lo cierto es que en los primeros siglos del cristianismo no existía tal obligación. Muchos obispos, sacerdotes e incluso algunos papas estaban casados. Lo que se exigía era, más bien, la fidelidad y la moderación: se valoraba la castidad como virtud, pero no se consideraba incompatible el ministerio religioso con la vida matrimonial.

Fue solo a partir de la Edad Media cuando la Iglesia latina impuso de forma definitiva la prohibición de casarse a quienes tomaban los votos. El celibato obligatorio fue una decisión tomada en los concilios del siglo XII y su implantación respondió tanto a motivos espirituales como a intereses materiales y políticos. ¿Por qué se produjo este cambio?



Una distracción de la vida espiritual

El debate acerca del celibato se remonta al menos al siglo IV, aunque de forma limitada a ciertos concilios locales. El argumento era que el sacerdote, al estar dedicado a Dios, debía vivir en castidad. Esta práctica era recomendada, pero no obligatoria: por ejemplo, en la Iglesia bizantina, los sacerdotes podían casarse antes de su ordenación, pero para acceder a altos cargos como el obispado debían ser célibes.

La gran transformación llegó en los siglos XI y XII, en el marco de la llamada Reforma Gregoriana. El papa Gregorio VII y sus sucesores vieron el celibato como un medio para evitar la dispersión del patrimonio de la Iglesia: si un sacerdote tenía esposa e hijos, podía transmitir sus bienes a su descendencia, incluyendo el patrimonio religioso: eso podía convertir parroquias y monasterios en una posesión familiar, a la par de castillos y tierras. El celibato resolvía ese problema: sin herederos legítimos, las propiedades quedaban en manos de la institución.

Además, en una época en la que la vida gravitaba en torno a la religión, el celibato se interpretaba como signo de mayor santidad y entrega total a Dios. El clérigo célibe podía dedicarse plenamente a la oración y al servicio, sin las “distracciones” de la vida doméstica y marital; además, no hay que olvidar que el sexo sin fines de procreación se percibía como lujuria y, al menos de cara a la galería, los eclesiásticos debían dar ejemplo.

la Realidad y la apariencia

Los Concilios de Letrán de 1123 y 1139 marcaron el punto de no retorno: allí se declaró inválido el matrimonio de los clérigos y se estableció el celibato como disciplina obligatoria en la Iglesia latina. A partir de entonces, los candidatos al sacerdocio debían comprometerse al celibato desde su ordenación. Si, por circunstancias excepcionales, un hombre ya casado debía tomar los hábitos, tenía que separarse de su esposa y, aun así, la mayoría de las veces no llegaría a un alto cargo.

Sin embargo, la medida no estuvo exenta de resistencias. Hubo muchos clérigos que siguieron conviviendo con sus esposas o que mantuvieron concubinas. Las crónicas medievales están llenas de denuncias sobre la dificultad de aplicar la norma en la práctica y la diferencia abismal entre las apariencias y la realidad.

Había muchos altos cargos, incluidos papas, con hijos no reconocidos a los que oficialmente llamaban “sobrinos”: un caso muy conocido es el del papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia) con sus hijos César y Lucrecia, pero esto no era tan raro, simplemente otros se molestaban en llevarlo más discretamente que los Borgia. De hecho, la palabra “nepotismo” proviene del latín nepotes (sobrinos) por la costumbre de beneficiar políticamente a estos hijos extraoficiales.

Es importante subrayar que esta obligación no se extendió a toda la cristiandad. En las Iglesias orientales —tanto las ortodoxas como las católicas orientales en comunión con Roma— se mantuvo la posibilidad de que los sacerdotes se casaran antes de su ordenación, aunque no después. Y más adelante, Iglesias reformadas como la luterana y la anglicana abolieron el celibato obligatorio. Hoy en día, en el seno del catolicismo, este se ha convertido en uno de los grandes temas de debate: ¿El amor a Dios y a una pareja son compatibles, o quienes eligen uno deben renunciar al otro?

NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

2 comentarios:

Enrique Galindo A dijo...

Desafortunadamente estimado amigo, estas no son enseñanzas de Dios la escritura dice en Timoteo los requisitos de un obispo que debe de ser irreprensible marido de una sola mujer, sobrio prudente, que así como enseña en su casa enseña en la iglesia, desafortunadamente la religión maneja muchas cosas de acuerdo a sus propios intereses, y no de acuerdo a las enseñanzas de Dios, por eso hay tanta deserción de la gente por las cosas sagradas, para empezar Dios no es una religión, es vida es salvación, él nunca dijo o vino al mundo para decir yo soy católico, o protestante o mormón o testigo de Jehová, el simplemente vino a darnos un mensaje de amor y salvación, y cómo deberíamos vivir por ello nos dejó la Biblia, los hombres lo hemos encasillado egoístamente en las religiones, si siguiéramos a Dios de manera correcta de acuerdo a su palabra las escrituras, este mundo sería un pequeño paraíso si viviéramos de acuerdo a sus enseñanzas.

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui dijo...

Enrique Galindo A, muchas gracias amigo por su gentil visita, y por el explícito comentario sobre lo que existe ahora como "Religiones", tiene usted mucha razón Jesucristo no vino al mundo a fundar una nueva religión, sino a difundir las enseñanzas del Padre, como muy bien lo dice en: Juan : 7- 28... Jesús entonces mientras enseñaba en el Templo, alzó su voz y dijo: ¡Con que me conocéis y sabéis de donde soy! Pero Yo no he venido de mi mismo, sino el que me envió, a quien o vosotros no conocéis, es verdadero... asimismo; Jesús cuando hablaba con sus discípulos les dijo: Mateo 5-17 :... No penséis que vine a abrogar la Ley o los Profetas, no vine a abrogar nada, sino a dar cumplimiento..., la Biblia es muy clara, son los hombres que formaron muchas religiones y se disputan por los diezmos y primicias engatusando a tanto ser humano que cae en sus redes; igualmente que disfrute un dichoso fin de semana, abrazos Chema.

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