Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los: Orígenes del Señor de Sipán; Siekik, avisado de la llegada de invasores por el sector Este de los terrenos que fueron de Zankoc; ya él, detectó a 20 individuos que se infiltraron, aprovechando el tumulto de moradores desplazados de sus tribus por falta de producción; ahora, no contaba con sus guerreros que fueron enviados a la vivienda del señor Chonkik, se tenía que hacer frente con los guerreros armados y preparados por parte de Kamokac, él desconocía su valor bélico; pero, como no tenía otra opción, y ya había el antecedentes de los infiltrados que se decidió convertirlos en agricultores; Siekik tuvo que matar al líder de este grupo... ...sigamos el relato................
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue: El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia:
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
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Realmente, es fascinante escribir usando la imaginación el relato de los inicios, tal como se formaban los llamados "Señoríos" por los arqueólogos a los jefes de las tribus con base sólida; nos trasladamos desde 2021 al 180 de nuestra era, hay una diferencia de 1,841 años; que desde el punto de vista humano son muchos años, pero desde la cronología sólo es una pestañada., me hubiese gustado estar en la cima de una cumbre y desde allí ser testigo observando las diversas etapas del desarrollo de estas tribus en los valles de Lambayeque.
Vamos a intentarlo: Estando como observadores imparciales, subimos a una cima, que nos permite observar oteando extensos valles llenos de árboles y surcados por ríos caudalosos durante la época de lluvias y que rápidamente se convierten en lechos secos al amainar las precipitaciones pluviales; justo por estas zonas se originan las invasiones de las tribus hambrientas que no tienen producción; otras destacan por instalar obras de irrigación con canales y acequias que aprovechan la última gota del preciso líquido: el agua.
Precisamente, estamos creando la historia de los Orígenes de la Cultura Moche (Mochica) en el valle de Lambayeque; que aún no existía un Estado, sólo habían infinidad de tribus nómades y dentro de este laberinto de habitantes que hablaban sus propios dialectos, que no favorecían la interacción entre ellos, destaca la iniciativa del señor Chonkik en establecer un Señorío.
Chonkik, tan sólo tuvo un hijo, que ya lo conocemos como Siekik, quien destaca por sus propios méritos y está muy adelantado para su época.
Sigamos el relato; Siekik, ordenó a Kamokac, que los guerreros hagan turnos de vigilancia, ya que había la sospecha que la tribu invasora ya estaba en camino y fueron centinelas ubicados en los terrenos eriazos ya conocidos por los invasores; así mismo se dispuso que los 19 hombres sospechosos sean enviados a la agricultura ya que ellos mismos se ofrecieron para esta actividad.
Llegó la hora de la comida, se dio preferencia a los recién llegados, quienes estaban desfalleciendo por el hambre, que comieron casi desesperadamente, era conmovedor observar a seres humanos empujándose con los dedos sobre la boca, como si alguien les iba arranchar su ración y después del "banquete" como suele llamarse en tiempos modernos: "barriga llena corazón contento", se notó la mejoría en los desvalidos al ingerir sus alimentos.
La vigilancia no se descuidaba en el sector Este y Noreste; los centinelas quienes eran rotados cada cierto tiempo estaban alerta, pero la noche era oscura y la visibilidad era corta, ya no se podía observar a grandes distancias; por lo que el líder de los centinelas dispuso avanzar un trecho en las planicies fuera de los terrenos; pero, no hubo ningún indicio de movimientos de extraños.
El tiempo avanzaba, seguramente estamos llegando a las 23:00 horas de la noche, ya próximos a la media noche y apareció la diosa de los rayos de plata (La Luna), que aún siendo cuarto menguante con luz tenue; pero si abría distancias para observar; justo en aquel instante, los centinelas detectaron movimientos de bultos a larga distancia, que no se podía determinar si eran hombres o una manada de venados, ya que abundaban los grandes rebaños de rumiantes; sin embargo los venados descansan por las noches para rumiar y dormir.
Entonces, uno de los centinelas, que se caracterizaba por ser temerario, hizo señas que se iba. y en efecto salió de su sitio de observación y se fue a la planicie, quien al llegar con el cuerpo gacho para no hacer penumbra con su cuerpo: ¡¡¡ Cuál Sorpresa !!! , él llegó y estuvo tan cerca, que los detectó que eran guerreros armados que avanzaban a los terrenos de Zankoc.
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío.
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El centinela, retrocedió, ya no fue al puesto de vigilancia, sino directamente enderezó caminos, para llegar más rápido al Asentamiento y cuando lo hizo no encontró a los líderes, todos estaban descansando; pero se arriesgó y fue directo al aposento de Kamokac que al despertarlo le avisó que se aproximan muchos guerreros invasores y que eran muy rápidos caminando.
Kamokac, quien había movilizado a sus guerreros, ordenó a los mandos medios desplazarlos al Este y esperar en los límites a los invasores para hacerles frente.
Siekik, alertado por la bulla, se despertó y se levantó, salió y se unió a Kamokac, aprobando la movilización; él siempre precavido fue al lugar asignado para los nuevos agricultores: ¡¡¡ Cuál Sorpresa !!! (los 19 hombres) no estaban habían huido, seguro a unirse a sus compañeros, que les dieron la información de lo que vieron; que afortunadamente no era real, ya que al no observar un ejército por ningún lugar; ellos nunca supieron que los guerreros eran al mismo tiempo agricultores.
Siekik, ahora muy preocupado por que tuvo al enemigo en su presencia y fue cauto, aceptando la mentira que uno de ellos que supuestamente pedían trabajo.
Con esos datos adversos, todos se movilizaron al Este y una parte al Noreste que coincidía con los terrenos eriazos ya conocidos por el enemigo; con ellos se fue Siekik, que avanzaban lentamente para no despertar sospechas, si por allí había espías infiltrados; Siekik iba a la cabeza, se había adelantado bastante que ya estaba sólo.
Siekik, no se había dado cuenta que sus guerreros se habían atrasado, quien al superar una leve hoyada que al salir observó movimientos de bultos junto a los árboles, se lanzó al suelo y estando tumbado escuchó la conversación de los individuos, que no les entendió tanto por que hablaban otro dialecto, pero si escuchó que mencionaban su nombre y algunas palabras que si les entendió donde aseguraban que por allí atacarían sus compañeros; a una distancia de unos 200 metros estaban los centinelas que no los vieron por la oscuridad y los árboles, por lo que ambos bandos se desconocían su presencia.
Siekik, se arrastró por el suelo y logró salir de la hondonada sin ser detectado y retrocedió y cuando estuvo fuera del alcance del enemigo, corrió a dar el encuentro a sus guerreros que avanzaban lentamente, al encontrarlos les ordenó descansar y esperar allí, él se fue hasta el grueso de los guerreros al mando de Kamokac, que al encontrarse le narró que los 19 individuos huyeron y los ubicó en los terrenos eriazos donde estuvieron por la mañana y los escuchó que el enemigo llegará por ese sector.
Kamokac, incrédulo de lo que escuchaban sus oídos, por que él, estaba convencido que los invasores atacarían por el Este, no lo comentó, obedeció movilizando a los guerreros al Noreste, era un acción riesgosa y altamente peligrosa.
En el trayecto se encontraron con los que dejó esperando Siekik y todos juntos se encaminaron al Noreste, para hacer frente al enemigo.
Mientras tanto, los invasores avanzaban, quienes al llegar a una distancia cercana a los terrenos de Zankoc, se desviaron al Noreste; ya en acción de inicio de la batalla, todos inclinaron sus cuerpos para no ser detectados como ellos lo suponía que iban atacar por sorpresa.
Ahora, en el otro bando, tomó el mando Siekik, aunque no conocía bien a sus guerreros, pero no había tiempo que perderlo; le ordenó a Kamokac quedarse cubriendo la retaguardia y que él se enfrentará al enemigo.
Siekik, con un contingente de aproximadamente unos 60 guerreros y que no eran muchos; sabiendo que los invasores eran numerosos, planeó el ataque esperándolos, no era su sistema de ataque; pero, como no tenía muchos hombres, no le quedaba otra alternativa para el combate.
Pasaron varios minutos, hasta que finalmente los invasores ingresaron y con arengas de ataque se les unieron los 19 individuos; hubo dialogo entre ellos presuntamente informando que Zankoc ya no existía, habían nuevos líderes.
Siekik, tumbado sobre el suelo, lo mismo que la totalidad de sus guerreros que esperaban la señal para el ataque, éste líder había aprendido mucho el arte de la guerra.
Parece, que los invasores nunca pensaron que eran observados y que estaban a punto de sufrir una humillante derrota.
Siekik, hizo señales a sus guerreros, seguirlo gateando para no ser detectados por el enemigo que se habían paralizado, parece que seguían descansando y sin tomar precauciones de enviar exploradores.
Todo indica que los enemigo estaban tan seguros que nadie les saldría al frente, ya que recibieron información de sus 19 guerreros que en estos terrenos no habían guerreros sino agricultores.
La diosa de los rayos de plata (La Luna), se ocultó definitivamente con el paso de espesas nubes, tiempo valioso que fue aprovechado por Siekik para aproximarse tan sólo unos pocos metros del enemigo que aún no les habían descubierto............................
Continuaremos....................................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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