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lunes, 22 de noviembre de 2021

MEDIO AMBIENTE : La Gran Muralla Verde del Sahel: convertir de forma rentable un desierto en un vergel.... La Gran Muralla Verde africana que protegerá el Sahel de la desertificación...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., el gran proyecto de la construcción de la Gran Muralla Verde Africana del Sahel, es quizás el más grandioso proyecto para reconstruir el medio ambiente, que será la única alternativa para contener la desertificación del continente africano y detener el avance del desierto del Sahara. Es un proyecto de 8,000 kilómetros de extensión por 15 de anchura, apoyado por las Naciones Unidas en la Programa FAO para la Agricultura y la Alimentación, involucra a 11 países y lograr la restauración de 100 millones de hectáreas de tierras fértiles, el costo a largo plazo se estima en 8,000 mil millones de euros .... .... siga leyendo.......

Un nuevo estudio que contempla estrategias tanto a corto como a largo plazo informa, más allá de los beneficios ecológicos derivados de la Gran Muralla Verde del Sahel, sobre la viabilidad económica del proyecto

22 de noviembre de 2021, 10:32 | Actualizado a 

Pueblo típico de la región del Sahel, en Níger

Foto: FAO

El Sahel se extiende al sur del Sahara, desde Senegal en el oeste, hasta Etiopía en el este de África. En la actualidad, debido a las sequías, los métodos de cultivo agrícolas deficientes y el uso excesivo de la tierra debido a la creciente demanda de alimentos o leña, vastas áreas de la que antaño fuera una región fértil y productiva se encuentran prácticamente sin cultivar.

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Para tratar de revertir esta situación, así como el continuo avance de la desertificación en toda la zona, en el año 2007 una iniciativa liderada por la Unión Africana sembró la idea de plantar una línea de árboles que, con unos 8.000 kilómetros de longitud y 15 de anchura, atravesara las zonas más áridas del Sahel. El proyecto sería conocido con el nombre de la Gran Muralla Verde del Sahel, y la barrera, con la cual se pretendía frenar el avance del desierto, se extendería desde Senegal en el Oeste, hasta Eritrea, en el extremo opuesto del continente, atravesando un total de 11 países y restaurando aproximadamente 100 millones de hectáreas de tierra.

Sin embargo, hasta el momento, este ambicioso objetivo está muy lejos de lograrse, en parte debido a la falta de recursos financieros. Ahora, no obstante, esto podría cambiar en un futuro próximo, o eso creen los más optimistas a razón de la promesa de varios países en el marco de la cumbre One Planet Summit for Biodiversity, celebrada el 11 de enero de este mismo año, de donar 13.000 millones de euros para sacar adelante el titánico proyecto. "Pero para usar estos fondos de manera eficiente, ahora tenemos que preguntarnos dónde y para qué medidas deberían usarse de manera más sensata", enfatiza el doctor Alisher Mirzabaev del Centro de Investigación para el Desarrollo -ZEF- de la Universidad de Bonn.


Trabajos de preparación de la tierra para la Gran Muralla Verde cerca en Burkina Faso

Foto: FAO

20 céntimos por cada euro invertido de rentabilidad neta

Mirzabaev, economista agrícola, es el director de un estudio que bajo el títuloEconomic efficiency and targeting of the African Great Green Wall, se publicaba recientemente en la revista Nature, y en el cual, los investigadores dividieron la región del Sahel en 40 millones de parcelas de 25 hectáreas.

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Una vez diseccionado el territorio, el equipo de Mirzabaev analizó qué medidas de restauración de tierras serían las idóneas para cada una de las parcelas y cuánto costaría llevarlas a cabo. Luego estipularon los beneficios económicos que se podrían lograr. “Por un lado, incluimos los llamados servicios de aprovisionamiento”, explica el economista. “Esto engloba las cosas que producen los ecosistemas: alimentos y agua potable, materias primas como la madera o las plantas medicinales". "También tuvimos en cuenta otros efectos de la iniciativa, como la mejora del clima local, la disminución de la erosión eólica o los servicios proporcionados por los polinizadores, que a su vez aumentan el rendimiento de los cultivos de los agricultores", añade. "Los resultados muestran que la construcción del "Muro Verde" también valdría la pena económicamente", continua, puntualizando, no obstante, la gran dependencia de varios factores que tendrían estas medidas.

Un pulso al desierto

Según explican los investigadores, por regla general, la reforestación sería la solución más ventajosa económica y ecológicamente. Esto tiene el inconveniente de que se necesitan décadas para que unos cientos de plántulas se conviertan en un bosque, por tanto hablaríamos de una inversión únicamente capaz de dar frutos a muy largo plazo.

Sin embargo, la situación se torna diferente cuando las áreas degradadas se convierten en tierras de cultivo. "Idealmente, la primera cosecha es posible después de solo un año", indica Mirzabaev. Por lo tanto, la restauración de tierras de cultivo puede pagarse por sí misma comparativamente rápido. Además, muchos pequeños agricultores pobres también prefieren retornos rápidos de sus actividades de restauración. Sin embargo, las ganancias que se pueden lograr como resultado son significativamente menores, al igual que los efectos ambientales.

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“En nuestro análisis trabajamos con diferentes escenarios, algunos de los cuales apuntan a beneficios más a corto plazo, mientras que otros generarán réditos más a largo plazo”, explica el economista agrícola, quien es miembro del Área de Investigación Transdisciplinar “Futuros Sostenibles” de la Universidad de Bonn. Por ejemplo, el llamado escenario de referencia, el más asequible contemplado por los científicos, incluye una combinación de rendimientos tanto a corto como a largo plazo en que cada euro gastado produce un rendimiento neto promedio de 20 céntimos.

La maldición africana

Entre las regiones que podrían resultar más beneficiadas de la consolidación de la Muralla Verde, se encuentran Nigeria, Eritrea y Etiopía. "Es aquí donde la inversión en la Muralla Verde daría sus mayores frutos", señala Mirzabaev. Para financiar todas las medidas propuestas en este escenario, se necesitaría una suma de 44.000 millones de euros que permitirían restaurar 28 millones de hectáreas de tierra.


Pueblo del Sahel cerca de Tombuctú en el borde de la Gran Muralla Verde

Foto: FAO

No obstante, pese al optimismo de los más confiados con la iniciativa, en un territorio que cruza el continente africano de este a oeste en la zona de su máxima extensión latitudinal, existen enormes variaciones regionales, y la mitad de las regiones rentables contempladas son demasiado inseguras para actuar.

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Es por ello que el análisis también muestra que esto probablemente solo funcionará en teoría. La razón es que, debido a conflictos, disputas tribales y guerras, muchas de las regiones donde tendría sentido construir la Gran Muralla Verde son simplemente demasiado inseguras para adoptar tales medidas. "Si sacamos estas áreas, nos quedamos con apenas 14 millones de hectáreas", señala Mirzabaev. "Esto muestra cómo tales disputas no solo causan un sufrimiento humano directo, sino que también impiden el desarrollo positivo de las regiones afectadas", concluye con un sabor agridulce en la boca. Y es que Muralla Verde del Sahara, podría convertirse en una de las mayores obras de ingeniería agroforestal jamás llevadas a cabo por el ser humano, pero para ganarle un pulso a la naturaleza y el desierto, el hombre parece primero tener que ajustar cuentas consigo mismo.


La Gran Muralla Verde africana que protegerá el Sahel de la desertificación.


Imagen cedida por el proyecto Great Green Wall.
FOTOGRAFÍA DE GREAT GREEN WALL

El Sahel, la orilla sur del Sáhara

El término en árabe Sahel significa literalmente “costa”, una palabra muy adecuada para describir la vegetación de esta región menos árida como una línea costera que delimita el mar de arena del Sáhara.

Describiendo una línea paralela a la frontera sur del Sahara, el Sahel abarca los territorios de Senegal, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Etiopía Eritrea y Djibouti.

Es precisamente aquí donde esta coalición de países africanos se ha unido para combatir uno de los problemas más acuciantes al sur del Sahara: la desertificación, o dicho de otra manera, el progresivo avance hacia el sur del desierto que está convirtiendo el Sahel en una yerma extensión polvorienta.

La desertificación y las migraciones climáticas


Aldea de Dindefelo, Región de Kedougou, Senegal.
FOTOGRAFÍA DE MANUEL MONCADA LORÉN

La desertificación ha forzado a miles de personas a abandonar sus casas en el Sahel, ya que la imposibilidad de realizar cultivos de subsistencia por la falta de agua y la erosión de las tierras de cultivo, agravaron el grave problema de sequía que azota la región, sobre todo durante la estación seca.

Las migraciones climáticas son uno de los efectos del cambio climático que menos impacto tiene sobre la opinión pública, y permanece como un problema invisible al norte del Sahara, pero sus habitantes llevan años padeciendo los efectos de la destrucción de hábitats que impiden prosperar a los subsaharianos.

Sin embargo, el inicio del movimiento reforestador ha movilizado a miles de personas que antes pasaban hambre, pero que ahora solo tienen que recorrer el muro verde en busca de trabajo, por lo que la Gran Muralla Verde africana ha revitalizado la economía local.

Senegal es el país que más ha contribuido a la creación del muro con la plantación de once millones de acacias, una especie autóctona y muy resistente a largos periodos de sequía.

Beneficios de la Gran Muralla Verde

La sabana senegalesa durante la estación seca.
FOTOGRAFÍA DE MANUEL MONCADA LORÉN

Las hojas de este muro vegetal proveen de compost a los suelos y las frondosas copas elevan la humedad ambiental y ofrecen su sombra a los lugareños, lo que también contribuye a reducir el gasto de agua en una región acostumbrada al racionamiento de este preciado recurso.

Las raíces de los árboles mantienen el agua atrapada bajo tierra y protegen el suelo de la erosión, lo que permite que el líquido elemento vuelva a fluir en los pozos secos gracias a esta coraza verde contra el desierto.

Esta faraónica iniciativa de reforestación cubrirá de acacias una línea de 8.000 kilómetros de largo y 15 de espesor que cruzará once países del continente africano desde el océano atlántico al mar Rojo, pero aún quedan años para que el proyecto esté terminado.


Mujeres senegalesas llevando la cena sobre la cabeza en la aldea de Dindefelo.
FOTOGRAFÍA DE MANUEL MONCADA LORÉN

La iniciativa, impulsada por los propios países que pueblan el Sahel a través de la plataforma Great Green Wall  comenzó en 2007 y costará 8.000 millones de euros, presupuesto que el Banco Mundial, las Naciones Unidas y la Unión Africana ayudarán a financiar.

La meta es detener el avance de la desertificación, pero esta victoria medioambiental se traducirá en sustento, trabajo y futuro para los millones de personas que habitan este árido rincón del mundo, la frontera del cambio climático.

El bosque de galería creado por la corriente que brota de la cascada de Dindefelo es muy fácilmente identificable desde la altura adecuada.
FOTOGRAFÍA DE MANUEL MONCADA LORÉN
NATIONAL GEOGRAPHIC

ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ALIMENTACIÓN Y LA AGRICULTURA.

Construyendo la muralla verde de África pieza a pieza

Aprobada en 2007 por los Jefes de Estado y de Gobierno africanos, la Iniciativa de la Gran Muralla Verde del Sahara y el Sahel (Proyecto GCP/INT/120/EC) tiene como objetivo hacer frente a las consecuencias sociales, económicas y medioambientales perjudiciales de la degradación de las tierras y la desertificación en la región sahelo-sahariana. La iniciativa apoya a las comunidades locales en la gestión y uso sostenibles de los bosques, pastizales y otros recursos naturales de las tierras áridas. Además, pretende contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático, así como a mejorar la seguridad alimentaria y los medios de vida de la población del Sahel y el Sahara.


Un ejemplo del Niger demuestra los avances de la iniciativa panafricana contra la desertificación y la degradación de la tierra

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ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ALIMENTACIÓN Y LA AGRICULTURA.
https://www.fao.org/resources/photos/building-the-african-wall-piece-by-piece/es/


Mapa de la Gran Muralla Verde / Imagen: APGMV

El método de contención de la progresión de los suelos áridos del Sahel es jugar con sus propias armas: la naturaleza contra la naturaleza. Una comisión panafricana presentó la idea en 2002, auspiciada por diversas organizaciones que implican a Malí, Mauritania, Burkina Faso, Eritrea y demás promotores (tejiendo un hilo de 15 kilómetros de ancho y una superficie estimada de 117.000 kilómetros cuadrados desde Dakar hasta Yibuti, en el lado oriental) y a otros afectados en la cara norte, como Libia, Egipto, Túnez o Argelia, donde gran parte de su territorio es desierto.

Senegal, primer implicado en este orden de oeste a este, ya ha dado algún paso. Pero los desajustes diplomáticos y los distintos avatares de estos años (conflictos bélicos, ataques terroristas, desplazamientos forzados) complican su puesta en firme. En Mbar Toubab, el aludido punto indeterminado de la geografía senegalesa, se ve ese reguero de obstáculos. El sargento Elhadji Goudiaby, encargado principal del proyecto a sus 24 años, muestra algunos arbustos repartidos por el mencionado piso pedregoso, yermo, y señala a los árboles que han ido plantando desde la Agencia Nacional de la Gran Muralla Verde, afincada aquí con una base destartalada.
ecoavant.com

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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