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lunes, 21 de febrero de 2022

La Historia del Agente Justiciero Genochi: Capítulo XLIII- El jefe de la banda, distribuyó el botín que fue cuantioso; dando a cada cual su parte de acuerdo a la ubicación dentro de la banda, a Servelio Smith López, le tocó el monto de los últimos por ser nuevo y nadie protestó...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Agente Justiciero Genochi; "El Machetero del Río", que era el alias de Servelio Smith López, quien había ingresado a una nueva banda de delincuentes, quienes darían un golpe, asaltando unos almacenes del Centro de la Ciudad, lo harán a las 21:30 horas (9:30 p.m.) de la noche; justamente el encargado de la inteligencia antes del asalto fue el joven Servelio, quien tomó en serio su trabajo y acumuló información que le dio al jefe, será una valiosa ayuda que les permitirá dar el golpe, sin que intervenga la policía y después será Servelio quien cargue el botín al escondite.... sigamos la historia....


Aquí en la imagen Observamos al Agente Justiciero Genochi, quien como agente anónimo bregará para capturar a los culpables del asesinato de sus padres en Chilcapampa.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.



Aquí en la imagen observamos al delincuente Bonifacio "Oreja Mocha"; quien como líder de una banda juvenil, asaltaron a la morada de Eucebio Nonajulca Rivera, residente en el Barrio Alto de Chilcapmpa, a quien asesinó por que no le entregó el dinero de una venta de ganado vacuno.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.


El jefe de la banda de delincuentes, llegó puntual a las 19:00 horas (7:00 p.m.) a las inmediaciones de los almacenes que era su objetivo del asalto; él recibió un informe detallado de los movimientos de la policía, de los clientes, de la ubicación de los vigilantes; fue la valiosa colaboración de Servelio Smith López, el jefe con los datos recogidos regresó al lugar de su reunión para afinar los últimos detalles y Servelio continuó rondando y pasó desapercibido que nadie notó su presencia.
De acuerdo al plan, llegó la hora de la acción: 21:30 (9:30 p.m.) con los delincuentes dentro de los almacenes que habían entrado como unos "clientes más"; ellos gritando con voz fuerte:
--- ¡¡¡¡ Este es un asalto !!!!
Se abalanzaron contra los guardianes del almacén, sorprendiéndolos que no tuvieron tiempo para hacer uso de sus armas, los desarmaron y los obligaron a tirarse al suelo boca abajo, cuando estuvieron tumbados, cada delincuente les pisaba la espalda y los tres restantes con la velocidad de un rayo atraparon a las tres cajeras y gritando:
--- ¡¡¡¡ Cooperen que nada les pasará, sino lo hacen peor para ustedes !!!!
Habían quedado un par de clientes, quienes se tumbaron al suelo por voluntad propia y pasaron desapercibidos o los delincuentes no lo tomaron cuenta.
Las cajeras atrapadas, abrieron las cajas, el jefe dirigía el asalto a la perfección sin descuidar ningún detalle; los delincuentes con las cajas abiertas llenaron el contenido de billetes en sus talegas, nadie podía contradecir al jefe, tomaron el dinero en billetes, dejaron el dinero en monedas por el excesivo peso, los depósitos de las cajas estaban llenos de billetes, había sido un día fructífero en ventas; simplemente vaciaron a las cajas.
Con el dinero en las talegas, el jefe salió a la puerta y le entregó a Servelio, los otros permanecían adentro aprisionando a los guardianes; ellos calcularon que Servelio estaba dando la vuelta  a la esquina de la calle, el jefe hizo las señales acostumbradas y todos salieron al mismo tiempo con las armas de los guardianes, quienes se pusieron de pie y nada pusieron hacer, por que perdieron sus armas.
Servelio Smith López, con el botín al hombro, por que las dos talegas las metió en un costalillo que semejaba cargar algún producto, él siguió caminando muy ligero, nunca retrocedió con las miradas atrás por que se lo prohibió el jefe; hasta que llegó a la playa del Río Piura, allí si corría como venado cuando lo persigue el puma, con esa ventaja si volteó para mirar atrás, pero nadie lo había seguido; todo fue tan rápido que favoreció la oscuridad de la noche.
Servelio, era un joven honesto, por que si hubiese sido otro, pues tranquilamente huiría con el botín, sin que lo puedan ubicar; él seguía caminando a paso siempre ligero, hasta que salió ligeramente de la playa y llegó al escondite que estaba ubicado sobre la misma playa, pero un ligero altillo para evitar inundaciones, el lugar era oscuro, ya que no había la iluminación de la Ciudad.
Estando en el lugar, él observó a todos los lugares, para localizar a quien que lo hubiese seguido, pero no había nadie; pero aún así, descubrió un altillo cerca a la choza del escondite, subió al lugar y se tumbó al suelo con el botín y protegido por la oscuridad de la noche, allí esperó; pues, no se equivocó por lo que llegaron dos individuos y eran desconocidos para él, no los distinguía mucho por la oscuridad de la noche, quienes fueron y tocaron la puerta y comprobaron que el candado estaba allí, conversaron entre ellos en voz baja que no pudo oír y se retiraron.
Servelio, siguió tumbado en su ubicación, siempre mirando a todos los lugares para identificar a alguien que podría venir, pero nadie más pasó por el lugar, con la experiencia aprendida; él siguió tumbado aproximadamente entre 50 a 60 minutos, y cuando sonaban las campanas del reloj público de la Ciudad, ya eran las 22:30 horas de la noche; llegó uno del grupo; el joven lo distinguió por la manera de caminar, aún así no se podía precisar quien de ellos era, el recién llegado se acercó a la puerta y vio el candado colgando, dio un grito desaforado, así:
--- ¡¡¡¡ Ese muchacho se fue con el botín !!!!
En esos momento llegó el jefe, quien viendo enojado a su compinche, le preguntó:
--- Muchacho: ¿Qué te pasa, estás enojado?
El compinche no se hizo esperar con la respuesta y le contestó:
--- Jefe, observe la puerta, y verá que allí está el candado colgando, ese joven huyó con el botín.
El jefe tratando de serenarlo al compinche, le dijo:
--- No hombre, el muchacho no huyó, sino que fue precavido por que simplemente no entró, por que de hacerlo hubiese sido una presa fácil de que lo atrapen y allí si se perdía el botín.
Pero, el malandrín seguía enojado y le replicó:
--- Jefe, todos acordamos que el joven correría con el botín, pero no llegó, yo no lo veo, o estoy viendo visiones y usted jefe está más tranquilo que una paloma en su nido, no lo entiendo jefe...
El jefe se sonrió y desde su ubicación llamó en dirección al altillo así:
--- Jovencito puedes venir, ya es hora....
Servelio, completamente sorprendido que el jefe sabía donde se había escondido, él se levantó y acudió al llamado y cuando llegó, le preguntó:
--- Jefe, ¿Cómo supo usted que estaba escondido?
El jefe sonriendo, le respondió:
--- Después que llegaste, apelaste al sentido común, no tocaste el candado, tampoco hubieras entrado, por que no te di la llave, todo era para poder despistar si alguien te hubiese seguido, yo envié a un par de amigos que le den vuelta al escondite, ellos llegaron y no te encontraron ni ti ni a nadie y se fueron y me confirmaron que la casucha estaba sola, sin que nadie este rondando por aquí, ellos no sabían lo del botín.
El compinche protestante y Servelio, admiraron la sapiencia del jefe; pues el jovencito si actuó aplicando su corta experiencia, aún así seguía sorprendido de las medidas de precaución que temó el jefe, que les demostró que por algo era el líder, preparado para casos imprevistos.
Servelio, muy admirado del jefe le dijo:
--- Jefe lo admiro, usted sigue siendo el "sábelo todo"; pero, yo nunca intenté probar abrir el candado, simplemente me escondí, para descubrir si alguien me hubiera seguido, que no me equivoqué por que llegaron los dos desconocidos quienes no me vieron.
El jefe siempre con sonrisa a flor de labios, le respondió:
--- Jovencito, en tan corto tiempo has demostrado astucia que es el arma decisiva en este "negocio" (asaltar) y te proyectas a los imprevistos que es otra arma primordial para defenderse; mis felicitaciones lo hiciste muy bien, ahora si vamos abrir la puerta, pero nadie ingresará hasta que lleguen todos los muchachos, faltan seis es mucho número, vamos a separarnos.
El jefe sacó de su bolsillo la llave del candado y lo abrió, el joven continuaba con la llave vieja, la entregó al jefe y le preguntó:
--- Jefe lo felicito me dio una llave falsa.
El jefe sonriendo, le respondió:
--- Me has devuelto la vieja llave del jardín de mi casa.
Todos se separaron, pasaron los minutos y llegamos a las 23:30 horas (11:00 p.m.) ya llegaron todos los compinches, nos encontramos con ellos y el jefe ordenó que dos de ellos hagan de centinelas, uno en la parte del altillo donde se escondió Servelio y el otro en parte trasera de la choza, todos los demás ingresaron, el jovencito seguía con el botín al hombro.
El jefe encendió un viejo mechero a kerosene y lo colocó sobre una repisa y tendió una vieja lona sobre la mesa y vació las dos talegas del botín, se amontonó una enorme cantidad de billetes, habían de todas la denominaciones y los seleccionó por el valor.
Al finalizar el conteo del botín que sumó una cantidad cuantiosa de 230,580 monedas nacionales, era el golpe más audaz y exitoso que había dado la banda; siendo ellos más Servelio les tocaría una buena tajada, pero no era en parte iguales, había una escala, por que el jefe distribuyó así:
- 50,000 monedas nacionales para él,
- 20,000 monedas nacionales para el fondo ( para las defensas legales),
- 20,000 monedas nacionales para "Piedra",
- 20,000 monedas nacionales para "Roca",
- 20,000 monedas nacionales para "Tierra",
- 20,000 monedas nacionales para "Terreno",
- 20,000 monedas nacionales para "Barro",
- 15,000 monedas nacionales para "Suelo",
- 15,000 monedas nacionales para "Piso",
- 15,000 monedas nacionales para "Vereda",
- !5,580 monedas nacionales para el "Jovencito".
Nadie protestó por la distribución del botín; Servelio, no estuvo de acuerdo, por que según él trabajó más, pero no dijo nada, por que le dieron unos billetes más que a los últimos; pero, el jefe si se dio cuenta de la disconformidad del Jovencito y dirigiéndose a él, le dijo:
--- Jovencito, veo que no estuviste conforme en la distribución, pues así funciona este negocio (reparto del botín), tu recién llegas y estás empezando desde abajo, algún día no muy lejano, puedo morir en acción y tu puedes ser el nuevo jefe y recibirás de acuerdo a tu rango.
Servelio, muy sereno, le respondió:
--- No jefe, nunca dije que estaba disconforme, sólo que me llamó la atención el orden de cada cual, pues son sus decisiones y se respetan......................
Continuaremos.........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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