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TRANSCRIPCIÓN DEL PODCAST
La banda sonora de este capítulo va a ser esta… El viento… Interrumpida, a menudo, por el sonido de una rica fauna salvaje… y de los pasos de los Masais con su rebaño….
¡Nos vamos a la cuna de la humanidad, volamos a Tanzania! Conoceremos el proyecto que está realizando un equipo español en la Garganta de Olduvai, uno de los lugares clave para conocer la historia de la Humanidad.
El equipo está investigando cómo vivían nuestros antepasados, los primeros grupos humanos que habitaron esta región hace unos 350.000 años. Tratan de responder, por ejemplo, qué zonas ocuparon o qué fauna cazaban para alimentarse.
El apellido Leaky, ¿os suena? Hemos hablado de ellos anteriormente. Se trata del matrimonio Leaky, una pareja de científicos que dedicó su carrera al estudio de nuestra especie y su evolución. Reivindicaremos la importancia de su trabajo científico, sobre todo de ella, Mary Leaky, en la garganta de Olduvai.
Además, también conoceremos cómo conviven los investigadores con la tribu de los masáis.
Bienvenidos a un nuevo capítulo de “Desenterrando el pasado”.
“Siempre sopla un poco de viento, el sedimento es polvoriento, y de vez en cuando se escucha algún rebaño de cabras”.
Estamos escuchando a José Manuel Maíllo. Él es profesor del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED y, es, el director del proyecto que hoy nos ocupa.
“Los animales más salvajes, lo que uno espera cuando está en la sabana no suelen hacer ruido, excepto los ñus que se les escucha por la noche. Y también por la noche hemos conseguido escuchar alguna vez los leones, que si hay. Pero, durante las horas de trabajo o no se escucha nada o se escucha el viento…”.
Ya veis, José Manuel no está solo, le acompaña una rica y variada fauna salvaje… y claro está, también, un equipo de arqueólogos y geólogos con los que trabaja en el proyecto que lleva por nombre Ndutupai.
Este empezó en 2016, con una primera prospección para localizar yacimientos en la zona del norte de Tanzania. Y ya en esta primera intervención, localizaron materiales líticos y fósiles de fauna que motivaron posteriores campañas y continuar el trabajo hasta el día de hoy.
Ndutupai, está financiado por la Fundación Palarq y tiene por objetivo, entre otros, estudiar el origen del Homo Sapiens en el Norte de Tanzania. Una zona conocida cómo la cuna de la humanidad, ahora veremos por qué.
“En los niveles más profundos de la erosión del río Olduvai se encuentra una de las evidencias más antiguas del género Homo, lo que se denomina el Homo habilis que ahora sabemos que tiene entorno a la grabara un 2’1 millones de años pero este es el primigenio es de donde pivotó toda la idea del origen de la humanidad que antes estaba en Asia y votó hacia el este de África, gracias a los descubrimientos de la garganta”.
Trabajar en la cuna de la humanidad es un privilegio para cualquier persona interesada en la historia humana. David Martín-Perea es geólogo y conoce muy bien este territorio. Se incorporó al equipo de Jose Manuel en 2017.
“A mi a nivel personal me maravilla, debo haber estado allí cerca de 10 veces, entre 1 mes y 3 meses en cada ocasión y es que cada vez es igual de maravilloso que la anterior. No solamente por el entorno, que me parece precioso, sino también el darse cuenta de que una gran parte de todo lo que sabemos de la evolución humana es gracias a los yacimientos que se han llevado a cabo en este sitio, no?
Los investigadores de este proyecto quieren conocer las dinámicas de población de los primeros humanos modernos en el norte del país. Tratan de dar respuesta a un sinfín de preguntas…
“¿Qué cronologías, que cultura material? ¿Qué relación había entre el paisaje y estas culturas materiales? ¿Qué lugares de ocupación? ¿que fauna cazaban? todo este tipo de historias son las que intentamos vislumbrar entrelazando diferentes tipos de información”.
Se centran en el estudio de los cambios tecnológicos y su relación con el medio ambiente durante la época conocida como la Middle Stone Age, (Edad de Piedra Media) que comprende desde hace unos 350.000 años a unos 50 o 40.000 antes del presente.
Los investigadores de este proyecto quieren conocer las dinámicas de población de los primeros humanos modernos en el norte del país
Son muchos los proyectos internacionales que trabajan en la zona. En el caso de Ndutupai, el equipo vio que el norte de Tanzania era un territorio poco explorado para saber el origen de la humanidad.
Ubiquémonos en el mapa… Nos encontramos en el norte del país…
“Y está a caballo entre el cráter del Ngorongoro, el área de conservación del ngorongoro y el área de conservación del Serengeti. Es una garganta, es un río que va desde lago Ndutu, a la depresión del Olbalbal y tiene en torno a 35 km y es un río estacional, un río que solo lleva agua en momento de la época de lluvias, el resto del año está seco”.
David nos ayuda a imaginarnos el paisaje comparándolo con una muy conocida película de Disney…
“Si te imaginas la 1a escena del Rey León donde presentan a Simba en público pues así es la garganta. Imagina una llanura en donde a lo largo de decenas de miles incluso centenares de miles de años el río Olduvai ha sido erosionado formando lo que hoy es la garganta. Habría una grieta bastante profunda, en esta planicie en esta sabana”.
Desde un punto de vista arqueológico es evidente el interés que esta zona despierta a los investigadores, pero también cabe destacar la importancia geológica de esta garganta o barranco.
“Es una maravilla a nivel geológica porque estos 100 metros que a veces se pueden llegar a tener de espesor de estratos abarcan millones de años y a lo largo de todos estos depósitos podemos encontrar un montón de sedimentos distintos, de depósitos sedimentarios, volcánicos, básicamente es como un laboratorio de geología, podemos ver un montón de registro sedimentario que nos indica una gran evolución de toda una cuenca geológica que es una verdadera maravilla”.
El proyecto se adentra de lleno en la tierra de los Masais. Una de las tribus más conocidas en todo el mundo. Los masáis habitan el territorio entre Kenia y Tanzania. Hoy día son pastores seminómadas que se dedican a mover sus rebaños y que muy a menudo topan con los investigadores que están realizando alguna campaña arqueológica.
Jose Manuel nos cuenta que la relación con los masáis es muy estrecha, ya que es frecuente encontrarse con algún niño masai pastando su rebaño. El equipo considera primordial el hecho de que la tribu esté informada de lo que están haciendo allí.
“Es verdad que siempre llevamos a un representante del ministerio de antigüedades de tanzano, que se encarga de explicar a la comunidad un poco la naturaleza de lo que estamos haciendo, no?”
Los masáis son conscientes de la importancia de la garganta de Olduvai, asegura el director del proyecto. Están acostumbrados a ver arqueólogos trabajando sobre el terreno, además de turistas que vienen a visitar el país.
Un país que, como tantos otros del continente africano, sufre grandes problemas de abastecimiento de agua debido a la aridez del territorio. El acceso a fuentes de aguas con condiciones sanitarias seguras es muy complicado.
Es por eso, que una de las palabras que los masais más dicen al equipo es “magi”.
“Es verdad que uno ya sabe los privilegios que tienes cuando naces, tienes la suerte de nacer en un país como el nuestro no? Si es verdad que una de las cosas que más me han llamado la atención, es que la gente te pide agua. Si es verdad que luego lo ves y los agujeros donde cogen el agua está sucia, agua que a nosotros nos provocase alguna enfermedad mala, nada mas ingerirla no?
Lo que escuchas a los niños cuando pasas con el coche en las zonas donde no hay turistas lo que te piden es “magi”, es agua. El equipo siempre lleva un cargamento de botellas en el coche para los locales que les piden agua.
LA PELIGROSA FAUNA
Nadie ha dicho hasta ahora que trabajar en Tanzania sea fácil… conlleva algún peligro…
“Es muy exigente si si. Nos levantamos muy pronto, a las 6 de la mañana y a las 7 ya estamos andando porque a partir de las 12 las temperaturas son inaguantables. Eso por un lado, y por el otro, no toda la fauna que hay son jirafas y cebras, también hay hienas salvajes y todo tipo de carnívoros. Pero lo que más me preocupa son las serpientes porque hay algunas que son bastante peligrosas. Está la mamba negra, la mamba verde y bueno el hecho que el hospital más cercano esté a unas 8 horas preocupa un poquito no? Hay que andarse con ojo.
Las mambas son mortales, si te pica una mamba y no recibes asistencia a tiempo, allí te quedas. Por lo tanto, hay que ir con extremo cuidado. Si sorteamos este reptil sin extremidades… encontramos una enorme variedad de animales salvajes que están esperando ser fotografiados…
“Yo cuando voy paseando por allí voy con una mano el martillo de geólogo, pero con otro con una cámara para hacerle foto a cualquier animal que se me pase por delante, si si”.
Hay un apellido ya para siempre ligado a Tanzania. Os va a sonar: Leaky. O más bien dicho, el matrimonio Leaky. Louis y Mary. De hecho, ya hablamos de ellos en otro episodio dedicado a este país africano.
Este matrimonio de arqueólogos pisó tierras tanzanas en los años 30 y se dedicó durante décadas a investigar sobre la historia de nuestra especie y su evolución en la garganta de Olduvai.
La familia Lekay, Louis Leaky y Mary Leaky, son los padres de la garganta de Olduvai, sin su trabajo no comprenderíamos el inicio de la prehistoria o la prehistoria del este de África o mundial si no hubieran hecho estos trabajos. De hecho, en el propio museo su campamento está musealizado tenemos allí sus casas, donde comían, las habitaciones, como un homenaje a esta familia que fue tan importante en el este de África”..
El trabajo de los Leaky está hoy en día muy presente en todos los estudios que se realizan en la zona. Los equipos de los distintos proyectos presentes en la región han tomado claramente el relevo de las investigaciones de este matrimonio.
La historia de esta pareja es muy curiosa: ella, Mary, tenía una gran afición tanto por el dibujo como por la prehistoria. Y a principios de los años 30, empezó a trabajar para él, Louis, prestigioso paleontólogo e incansable estudioso de los orígenes del hombre.
Lo que empezó siendo una simple colaboración profesional acabó convirtiéndose en un auténtico romance y forjando una de las parejas científicas más importantes de la historia. La vida de Mary es un ejemplo de superación y de tenacidad…
“Las circunstancias en las que trabajaban, eran absolutamente pésimas. En sus memorias Mary Leaky se queja a veces de que bebían agua de los charcos y que muchas veces había orina de rinocerontes. Muchas veces las condiciones en las que viven serían inasumibles para todos los equipos que trabajan actualmente en el este de África.
Siempre se habla de los descubrimientos del matrimonio, pero son muchos los investigadores que resaltan el trabajo de Mary Leaky. Recordemos que fué ella quien el 17 de julio de 1959, desenterró el hueso de una mandíbula y posteriormente un cráneo de Australopithecus boisei, un antepasado de los homínidos.
“Es verdad que siempre se habla del matrimonio Leaky, y siempre es Luis que está delante, cuando el trabajo de campo lo hacía ella. Tenían una vida separada en este sentido, él se dedicaba a buscar fondos, a dar charlas y conferencias en diferentes lugares del mundo recaudando fondos, pero la que trabajaba era ella. Sin embargo sí es cierto es que a nivel más popular general siempre se habla del matrimonio de los leaky y siempre está él delante de ella”.
Años más tarde descubriría el cráneo de un Homo erectus, entre otros descubrimientos claves para el estudio de la evolución humana.
Si para los arqueólogos el referente en esta zona es Mary Leaky, para los geólogos es Richard Hay. El geólogo norteamericano que estudió por primera vez la garganta y que trabajó durante años junto a Mary.
“Es un señor que decidió irse con Mary Leaky y estuvo unos 9 años en la garganta de Olduvai e hizo un libro que a día de hoy sería como la biblia de la geología en la garganta. Y en ese sentido al igual que Maillo debería sentir que tiene que llenar los zapatos de Mary Leaky pues no todos pensamos lo mismo con este geólogo americano que hizo un trabajo espectacular”.
El equipo del proyecto no es muy extenso… está formado por arqueólogos, restauradores, conservadores, geólogos… todos ellos, destaca el director, bien avenidos. Más les vale llevarse bien porque se encuentran en un sitio muy remoto durante muchos días. José Manuel habla de un pequeño Gran Hermano.
“Si efectivamente, somos un pequeño gran hermano porque estás conviviendo con estas personas 24 horas al día. Y son 24 horas al día en un sitio que no deja de ser duro, donde hay mucha tensión porque hay que optimizar mucho el tiempo, porque cuesta mucho ir allí y hay que aprovechar mucho el tiempo, solemos estar muy tensos. Por eso los equipos intento formarlos en 2 premisas, que son competentes en la cuestión que tiene que tratar pero también que sean compatibles entre ellos”.
PROTEGER EL YACIMIENTO
En cada campaña están más o menos 1 mes. Y, al terminar cada una de ellas, los investigadores cubren el yacimiento dónde han trabajado. ¿Por qué?
Pues por imperativo legal… el ministerio de antigüedades les obliga a cerrarlo. Lo que hacen es cubrir con un plástico la zona excavada. Pero también lo hacen para asegurar una buena conservación del material.
“Uno de estos motivos es para preservar el propio yacimiento, porque el agua torrencial de las lluvias puede romper los perfiles y podemos perder información importante y que arrastre incluso material arqueológico. Esto en primer lugar, el otro es que puede ser peligroso, por ejemplo, por no caer, por protección de la fauna y de los habitantes de la zona”.
Antes de terminar… volvemos a la investigadora Mary Leaky, a este fascinante personaje de la historia científica que tanto ha aportado al conocimiento de nuestra especie.
Hacemos un ejercicio de imaginación con el director del proyecto, Jose Manuel… que aunque asegura que no es nada mitómano sí que siente un respeto y admiración importantes por Mary. Le decimos que se imagine que, por un momento, tiene a Mary delante… ¿Qué le preguntaría?
“Si me gustaría preguntar, de dónde sacaba la motivación para trabajar allí durante tantísimo tiempo porque las condiciones tuvieron que ser bárbaras para estar tantísimo tiempo con limitaciones de suministros, limitaciones personales de soledad, muchísimo calor, con leones, porque en aquella época si había leones en la garganta de Olduvai… Si me gustaría saber de dónde saca la persona la energía y la motivación para hacer eso que me imagino que le debía de apasionar, sobremanera, no?
A él, a José Manuel Maíllo, también le apasiona sobremanera, solo con escuchar la pasión con la que cuenta el trabajo que están realizando en Tanzania, ya nos hacemos una idea.
El equipo de Ndutupai continuará trabajando en los próximos años en este territorio, en la cuna de la humanidad, para conseguir una aproximación más detallada de los grupos humanos que habitaron la Garganta de Olduvai.
Porque, como siempre decimos, conocer nuestro pasado es conocernos mejor en el presente.
1 comentario:
Muy interesante. si que lo es
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