martes, 3 de junio de 2025

Grandes obras faraónicas: El lujoso palacio y la ciudad que fundó Amenhotep III en la orilla occidental de Tebas

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, nos entrega un reportaje sobre el lujoso palacio que fundo el faraón Amenhotep III en la orilla occidental de Tebas, quien perteneció a la Dinastía XVIII, cuyo reinado de 38 años, fue reconocido por la construcción de impresionantes monumentos, tales como el templo de Luxor y su propio templo funerario en la orilla occidental del Tebas....... siga leyendo.........



Este faraón de la dinastía XVIII tuvo un largo reinado de 38 años marcados principalmente por la construcción de impresionantes monumentos, como el templo de Luxor o su templo funerario en la orilla occidental de Tebas. 


Colosos de Memnón, lo único que queda en pie del templo funerario de Amenhotep III en la orilla occidental de Tebas.

iStock

Carme Mayans
Carme Mayans

Especialista en Historia Antigua y Arqueología



Hace unos días publicábamos en nuestra web un artículo sobre una de las reinas más influyentes y poderosas del antiguo Egipto, la reina Tiy, esposa principal de Amenhotep III, faraón de la dinastía XVIII que ha pasado a la historia con el sobrenombre de "El magnífico". Tiy es un ejemplo admirable de cómo una mujer de sangre no real pudo llegar a alcanzar las más altas cotas de poder en la corte faraónica.

En efecto, la vida de Tiy es fascinante, pero no lo es menos la de su esposo el faraón, un hombre que subió al trono de Egipto siendo un niño y que tuvo un largo reinado. Y es que Amenhotep III reinó durante 38 años, entre 1390 y 1952 a.C. Su reinado está considerado uno de los más prósperos de la historia de Egipto, y no hay para menos. En todo ese tiempo, no hubo demasiadas guerras (se conoce una expedición militar a Nubia), pero sí muchas campañas de construcción. A Amenhotep debemos el templo de Luxor, en Tebas, así como su grandioso templo funerario en la orilla occidental del Nilo. 


Patio de Ramsés II en el templo de Luxor.

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Pero el faraón no se conformó con eso. Amenhotep III mandó erigir un extraordinario complejo palacial de 227.000 metros cuadrados, también en la orilla occidental del Nilo, en Malkata, que recibió el nombre de Per Hai (la casa de la alegría). Pero ¿por qué quiso Amenhotep construir un palacio en este lugar, y además, uno tan grande y fastuoso? 



Vista aérea de las ruinas de Malkata, el complejo palaciego de Amenhotep III en la orilla occidental del Nilo. 

PD

Algunos expertos creen que el soberano construyó Malkata para celebrar sus jubileos reales o festivales sed, aunque otros opinan que, en realidad, Malkata se convirtió en la residencia "oficial" del faraón desde el año 8 de su reinado hasta el final del mismo. Incluso hay quien piensa que el faraón se mudó aquí desde Tebas para distanciarse del creciente poder del clero de Amón, anticipándose, en cierto modo, a la reforma religiosa emprendida por su hijo Akhenatón. Sea como fuere, está documentado que Amenhotep III celebró en este lugar todos sus jubileos reales (años 30, 34 y 37).

Y, ¿cómo era Malkata? Aunque en la actualidad del lugar solo queda un extenso campo de ruinas, se aprecian aún restos de algunos edificios que nos pueden dar una idea de su majestuosidad. Años después, el lugar fue abandonado abruptamente, por lo que los cimientos se han conservado en bastante buen estado ya que nunca se construyó encima.



Fragmento de techo pintado recuperado en el palacio de Amenhotep III en Malkata. MET, Nueva York.

PD


En el complejo palaciego de Malkata se sucedían palacios conectados entre sí (en los muros de algunos se han conservado vibrantes escenas naturalistas de luminosos colores), salas de audiencias, un templo dedicado a Amón, además de residencias para funcionarios, servidores y cortesanos. Pero tal vez uno de los elementos más espectaculares de Malkata sea el gran lago artificial (conocido como Birket Habu) que hizo construir el faraón y que, a través de un canal, comunicaba con el Nilo.

El diseño del lago presentaba una forma de T, medía dos kilómetros de largo por un kilómetro de ancho, y, según los investigadores, además de un lugar de recreo (podemos imaginar a la reina Tiy paseando cada atardecer en su barca acompañada de sus sirvientas), Birket Habu seguramente jugó un papel importante en los jubileos de Amenhotep (al sur del lago se alzaba un altar que fue construido para estas ceremonias sagradas).

Es evidente que la ubicación de Malkata debía de ser importante para el monarca, ya que a través de una larga vía el palacio real se conectaba con el templo funerario o de millones de años de Amenhotep III, del que hoy en día quedan en pie, como testigos silenciosos, aunque bastante deteriorados por el paso del tiempo y los elementos, los famosísimos colosos de Memnón.

Pero Amenhotep III no solo quiso alzar en este lugar su residencia real y su templo funerario. El faraón ordenó erigir muy cerca una ciudad de nueva planta, un asentamiento de grandes dimensiones que diese apoyo logístico y administrativo a su complejo palacial. Una ciudad llamada el Ascenso de Atón (el disco solar, una divinidad que jugaría un papel fundamental durante el reinado de su hijo y sucesor Akhenatón).



Ruinas de la Ciudad Dorada Perdida de Amenhotep III, cerca de Malkata.

Cordon Press

El Ascenso de Atón fue abandonada también con el tiempo, y sus ruinas desaparecieron bajo las arenas del desierto durante milenios hasta que fue excavada parcialmente en la década de 1930, y posteriormente identificada y excavada en profundidad en 2020 por un equipo de arqueólogos, dirigido por Zahi Hawass, que buscaba en sus inmediaciones el templo funerario de Tutankamón

La ciudad, que se extiende entre el templo de Ramsés III en Medinet Habu y el templo de Amenhotep III en Malkata, y se encuentra en excelente estado de conservación, ha sido bautizada por sus descubridores como la Ciudad Dorada Perdida y es la más grande jamás encontrada en Egipto. Los trabajos realizados allí por los arqueólogos han sacado a la luz diversos barrios y distritos, tanto administrativos, industriales como residenciales. La datación del lugar ha podido ser confirmada gracias a los objetos localizados allí, como anillos, escarabajos, vasijas de cerámica de colores y ladrillos de barro con el cartucho de Amenhotep III inscrito en ellos. 

Los investigadores están convencidos de que este yacimiento será clave para aclarar diversos aspectos de un período tan importante, pero a la vez convulso, de la historia de Egipto. Por ejemplo, el hallazgo de algunas inscripciones ha puesto de manifiesto que aquí se prepararon algunos elementos relacionados con, por lo menos, uno de los jubileos de Amenhotep III, como carne de vacuno para los banquetes. También se halló un sello de barro que hacía referencia al Gempaatón, el templo dedicado al disco solar Atón erigido en Karnak por Akhenatón, hijo y sucesor del faraón. 



Relieve del templo de Atón en Karnak. Museo de Luxor.

Cordon Press

¿Quiere esto decir que tras la muerte de Amenhotep III, su hijo vivió en Malkata antes de trasladar la capital de Egipto a Amarna? Y, más importante aún, ¿por qué trasladó la capital de Tebas a Amarna?¿Volvió a ser ocupada Malkata tras el abandono de Amarna, cuando Tutankamón se convirtió en el nuevo faraón y restableció el culto a Amón? Los arqueólogos esperan poder resolver todas estas apasionantes cuestiones algún día. Tal vez las impresionantes ruinas de Malkata y de la Ciudad del Ascenso de Atón guarden las respuestas a buen recaudo esperando el momento en que puedan ser reveladas…

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NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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