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La obra de Monet, considerado uno de los fundadores del impresionismo, sentó las bases de este estilo artístico. Su concepción del arte no pretendía contar una historia, sino plasmar, según su punto de vista, las impresiones y sensaciones que experimentaba a la hora de pintar.
Fotografia de Claude Monet tomada por Gaspard-Félix Tournachon, "Nadar", en 1899.
Nacido en París el 14 de noviembre de 1840, Claude Monet está considerado uno de los pilares y pieza clave del impresionismo. Monet fue un pintor sumamente prolífico que supo plasmar sobre el lienzo sus percepciones personales sobre la naturaleza y los paisajes, experimentando con los diversos matices que la luz puede aportar a una escena. Rechazado y admirado a partes iguales por sus contemporáneos, el artista francés fue un innovador que se adelantó a su tiempo en el estudio del color.
UN GRAN CARICATURISTA
La familia Monet se trasladó de la capital francesa a Le Havre, en Normandía, cuando Claude contaba apenas cinco años. En aquella ciudad portuaria, su padre, Claude Adolphe, que regentaba un negocio de comestibles propiedad del marido de su hermana, Jacques Lecadre, intentó por todos los medios, aunque sin éxito, que el joven Claude se interesara en él. Pero lo que en realidad quería el joven Claude era ser artista. En 1851, el muchacho ingresó en la escuela secundaria de artes de Le Havre donde se hizo famoso por sus caricaturas al carbón y por sus paisajes y marinas, que vendía por diez y por veinte francos. En aquella época, Claude recibió sus primeras lecciones de dibujo del artista francés Jacques-François Ochard y conoció a Eugène Boudin (considerado el primer paisajista francés en pintar al aire libre), que a la postre se convertiría en su mentor.
Caricatura del notario León Marchon, realizada por Claude Monet alrededor de 1855. Instituto de Arte de Chicago.
El 28 de enero de 1857, moría Louise Justine, la madre de Monet. Tras aquella desgracia, el joven decidió irse a vivir con su tía, Marie-Jeanne Lecadre, una pintora aficionada que mantenía una excelente relación con Armand Gautier, un pintor y litógrafo conocido como "el pintor de las Hermanas de la Caridad", por sus pinturas de religiosas. Tras la muerte de Jacques, el esposo de su tía, el padre de Claude pasó a hacerse cargo del negocio familiar y Claude decidió definitivamente convertirse en pintor. Su padre al principio le apoyó e incluso llegó a formular una petición para que le fuera concedida una beca, pero la solicitud fue rechazada. Entonces, Monet viajó a París para visitar la exposición del Salón de París, donde conoció a artistas de la talla de Constant Troyon o Armand Gautier, y trabajó también en el taller del pintor Charles Monginot, un viejo amigo de Eugène Boudin. Monet se matriculó entonces en la Academia Suiza, una escuela de arte privada, en contra de la opinión de su progenitor, que quería que su hijo estudiase en la Academia de Bellas Artes de París. Contrariado, su padre le negó entonces su ayuda financiera.
Monet viajó a París para visitar la exposición del Salón de París, donde conoció a artistas de la talla de Constant Troyon o Armand Gautier, y trabajó también en el taller del pintor Charles Monginot, un viejo amigo de Eugène Boudin.
En 1861, Monet fue llamado a filas para realizar el servicio militar obligatorio, que en aquella época duraba siete años. El artista tuvo la oportunidad de librarse de esa dura carga mediante el pago de 2.500 francos, dinero del que no disponía y que su familia le ofreció si dejaba la pintura para regresar a Le Havre, cosa a la que el joven se negó. Así, Monet fue destinado al regimiento de caballería de Argelia, donde enfermó de fiebre tifoidea y pudo regresar a Francia en el verano de 1862.
EL SALÓN DE PARÍS
Entre finales de 1864 y principios de 1865, Monet y su amigo, el también pintor Fréderic Bazille, se establecieron en un taller propio en París, y aquel mismo año Monet pudo exponer dos marinas en el Salón de París que fueron muy bien recibidas por la crítica. Aquel primer éxito animó a Monet a proyectar su monumental obra El desayuno para la exposición del Salón del año 1866. Su pintura quería imitar a la de Edouard Manet Almuerzo en la hierba (1863), una obra que causó un gran escándalo al mostrar a una mujer desnuda. Pero a diferencia del de Manet, el cuadro de Monet era de corte más conservador, mucho más ajustado al gusto de la época. Aunque por desgracia no llegó a tiempo para la exposición. Mientras estaba ocupado trabajando en su cuadro conoció a la modelo Camille Doncieux, con quien entablaría una relación amorosa. Perdidamente enamorado, Monet pintó a su amada en la obra Camille con vestido verde en tan solo cuatro días, una pintura que fue aclamada por la crítica.
Entre finales de 1864 y principios de 1865, Monet y su amigo, el también pintor Fréderic Bazille, se establecieron en un taller propio en París, y aquel mismo año Monet pudo exponer dos marinas en el Salón de París.
Camille con vestido verde, cuadro pintado en 1867.
GIVERNY Y EL IMPRESIONISMO
Con el estallido de la guerra franco-prusiana en julio de 1870, Monet abandonó Francia para instalarse en Londres y de este modo evitar ser reclutado. Durante su estancia en la capital británica, Monet estudió las obras de John Constable y Joseph Mallord, y conoció al marchante de arte Paul Durand-Ruel. También se vio fuertemente influenciado por las obras de William Turner, cuyos paisajes le servirían de gran inspiración. Pero en la primavera de 1871, la Royal Academy de Londres, siguiendo la estela del Salón de París, negó el permiso a Monet para exponer sus obras. Ese mismo verano murió su padre, que le dejó una pequeña herencia. Tras el final de la contienda, Monet decidió regresar a su país. El pintor hizo el viaje de vuelta deteniéndose, en otoño de 1871, en los Países Bajos. Allí, en la ciudad de Zaandam, pintaría 25 cuadros, y aprovechó la estancia para visitar la cercana Ámsterdam. Una vez en Francia, Monet se estableció en Argenteuil, un pueblo no muy lejos de París.
Retrato de Claude Monet pintado por Pierre-Auguste Renoir en 1875.
En la primavera de 1871, la Royal Academy de Londres, siguiendo la estela del Salón de París, negó el permiso a Monet para exponer sus obras. Ese mismo verano murió su padre, que le dejó una pequeña herencia.
Monet se uniría en la década de 1870 a un grupo de artistas que se hacían llamar los "independientes", y hacia 1872 o 1873 pintó su famoso cuadro Impresión: soleil levant (Impresión: amanecer), pintura que en 1874 pudo exponer en el estudio del fotógrafo Nadar, en París (hoy en día el cuadro puede verse en el Musée Marmottan-Monet). A partir del titulo de su cuadro, el crítico de arte Louis Leroy acuñaría el término "impresionismo", una palabra con tintes peyorativos, pero que al final fue adoptada por los artistas seguidores de aquel estilo artístico para definirlo. De hecho, el impresionismo había nacido para quedarse. En 1876, Paul Durand-Ruel organizó en su propia galería una segunda muestra impresionista en la que Monet expuso 18 pinturas.
Impresión: amanecer. Pintura de Claude Monet. 1872. Museo Marmottan, París.
En 1878 nació el segundo hijo de Claude y Camille, Michel. Este parto minó la ya de por sí frágil salud de Camille, que fallecería en 1879 ante la desesperación de su esposo. Pocos años después, a principios de 1883, Monet alquiló una casa cerca de las localidades de Vernon y Gasny, en Giverny, en la región de Normandia. La residencia disponía de un amplio granero que funcionaba como estudio de pintura, y el huerto y el pequeño jardín se convirtieron en sus "modelos" pictóricos. El paisaje circundante ofrecía un sinfín de motivos atractivos para el trabajo de Monet, que empezó a dar sus frutos. Su situación económica mejoró ostensiblemente a medida que su marchante, Paul Durand-Ruel, tenía cada vez más éxito con la venta de sus obras. De este modo, en noviembre de 1890, Monet era ya lo suficientemente rico como para comprar la casa de Giverny y llevar a cabo una ambiciosa ampliación de la misma. Monet se dedicó entonces a las llamadas pinturas "en serie", en las que se representaba a un sujeto o a un paisaje en diferentes condiciones de luz y clima, pintado desde diferentes perspectivas y a distintas horas. La primera de estas obras en serie fue titulada Pajares por el artista. Poco después, en 1891, quince de sus obras fueron expuestas en la galería de Durand-Ruel en París.
Pajares. Claude Monet, 1884-89, Museo Pushkin, Moscú.
Los acantilados de Etretat, cuadro pintado por Monet en 1885.
PASIÓN POR LOS NENÚFARES
Monet se volvió a casar el 16 de julio de 1892 con Alice Hoschedé, y su vida transcurrió muy tranquila durante dos años en su casa de Giverny, donde pintaría otras series, entre ellas las tituladas Catedral de Rouen, Álamos, Las Casas del Parlamento (resultado de un viaje a Londres realizado en 1899), Mañanas en el Sena y Los Nenúfares. A partir de 1897, el pintor hizo varios viajes por Europa, y entre otros lugares visitó Londres y Venecia, y, de nuevo en su tranquilo retiro, se dedicó a pintar sus famosos cuadros de nenúfares (hoy expuestos en el Museo de la Orangerie de París, en el Instituto de Arte de Chicago y en el Museo de Arte Moderno de Nueva York).
Nenúfares, cuadro pintado por Claude Monet en 1899.
Las casas del Parlamento al atardecer. Claude Monet, 1903.
En 1908, Monet empezó a manifestar los primeros síntomas de una enfermedad ocular, que empeoró en 1912, un año después de la muerte de su segunda esposa, Alice. Monet sufría de cataratas y fue intervenido dos veces en 1923. Su obra de aquella época, mientras la cataratas afectaban su visión, mostraba una tonalidad rojiza, propia de los afectados por esta enfermedad. Al recuperar la visión, Monet se dedicó de nuevo a pintar grandes cuadros cuyos protagonistas indiscutibles volvieron a ser los nenúfares del estanque de su finca.
Monet sufría de cataratas y fue intervenido dos veces en 1923. Su obra de aquella época, mientras la cataratas afectaban su visión, mostraba una tonalidad rojiza, propia de los afectados por esta enfermedad.
En sus últimos años de vida, el artista francés destruyó varias de sus pinturas ya que no quería que sus obras inacabadas, bocetos y borradores, fueran expuestos y vendidos, como al final sucedió tras su muerte, el 5 de diciembre de 1926, a causa de un cáncer pulmonar. Los restos del gran pintor impresionista descansan en el cementerio de Giverny, su refugio y lugar de inspiración. En 1966, su hijo Michel donaría la casa a la Academia Francesa de Bellas Artes, y gracias a la Fundación Claude Monet, la residencia y los jardines fueron abiertos al público en 1980. En la actualidad, y tras una exhaustiva restauración, sus puertas están abiertas a los turistas de todo el mundo que visitan Giverny.
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