Un equipo de arqueólogos israelíes y franceses ha publicado el resultado del estudio de unas incisiones realizadas en un fragmento de hueso de bóvido de hace 120.000 años con unas sorprendentes conclusiones.
Si bien los científicos e historiadores han supuesto durante mucho tiempo que los grabados que nuestros antepasados hicieron en piedras y huesos son una forma de simbolismo que se remonta al Paleolítico Medio (250.000-45.000 a. C.), los hallazgos que puedan respaldar esa teoría son extremadamente raros. Sin embargo, un reciente descubrimiento llevado a cabo por arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad de Haifa, junto con un equipo de investigadores del Centre National de la Recherche Scientifique de Francia (CNRS) ha puesto en evidencia lo que parece ser el primer uso conocido de símbolos por parte de los seres humanos. Estos símbolos se encontraron incisos en un fragmento de hueso que fue localizado en el yacimiento de Nesher Ramla, en el centro de Israel, y se cree que tienen aproximadamente 120.000 años.
Detalle del hueso (señalado con una flecha blanca) tal como fue descubierto en el yacimiento.
GRABADOS EN UN HUESO DE BÓVIDO GIGANTE
Este hueso con incisiones fue localizado entre un conjunto de herramientas de pedernal y huesos de animales que salieron a la luz durante unas excavaciones arqueológicas en Nesher Ramla. Sorprendentemente, gran parte del fragmento de hueso permaneció intacto y los investigadores pudieron detectar seis grabados similares en uno de sus lados, lo que los llevó a pensar que habían descubierto algo que tenía un significado simbólico o espiritual. Los resultados del estudio de estos símbolos se han publicado en la revista Quaternary International.
Gran parte del fragmento de hueso hallado en Nesher Ramla permaneció intacto y los investigadores pudieron detectar seis grabados similares en uno de sus lados.
Yossi Zaidner, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, afirma que el yacimiento probablemente fue usado por los cazadores del Paleolítico como campamento o lugar de reunión. Allí debieron de sacrificar a los animales capturados. Los investigadores piensan que el hueso identificado era de un auroch, un bóvido salvaje extinto de gran tamaño, una especie que era muy común en el Próximo Oriente en ese período.
Unos hombres primitivos cazan un auroch. Grabado del siglo XIX.
Utilizando imágenes tridimensionales, métodos microscópicos de análisis y reproducción experimental de grabados en el laboratorio, los científicos pudieron identificar seis grabados diferentes con una longitud de 38 a 42 milímetros. Según Iris Groman-Yaroslavski, de la Universidad de Haifa, "basándonos en nuestro análisis de laboratorio y el descubrimiento de elementos microscópicos pudimos suponer que la gente en tiempos prehistóricos usaba una herramienta afilada hecha de pedernal para realizar estos grabados".
¿QUÉ SIGNIFICA EL MENSAJE?
Los autores del estudio inciden en que su análisis deja muy clara la intencionalidad con la que fueron hechos los grabados y concluyen que no pueden haber sido el resultado de actividades de matanza de animales o de procesos naturales. Asimismo señalan el hecho de que las ranuras que presentan estos grabados tienen una clara forma de U, y son lo suficientemente anchas y profundas como para afirmar que solo pudieron ser realizadas por humanos que intentaban tallar líneas en el hueso. El análisis también ha permitido determinar que estas incisiones fueron realizadas por alguien diestro en una sola sesión de trabajo.
Representación de un auroch en la cueva de Pech Merle, en Francia.
Marion Prévost, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, comenta que todo indica que había un mensaje concreto tras los surcos tallados en el hueso. "Rechazamos cualquier suposición de que estos surcos fueran una especie de garabatos inadvertidos. Si fuera así, no habrían presentado el nivel de atención al detalle que muestran", afirma. Entonces, si realmente esas seis líneas marcadas en el hueso eran un mensaje, ¿qué significaba? Según los autores del estudio, "este grabado es muy probablemente un caso de actividad simbólica y es el ejemplo más antiguo conocido de esta forma de mensaje que se utilizó en el Levante. Presumimos que la elección de este hueso en particular tenía que ver con la relación de esa especie de bóvido en aquella comunidad de cazadores y es indicativo de la conexión espiritual que los cazadores tenían con los animales que mataban".
Este grabado es muy probablemente un caso de actividad simbólica y es el ejemplo más antiguo conocido de esta forma de mensaje que se utilizó en el Levante, según los autores del estudio.
"Es justo decir que hemos descubierto uno de los grabados simbólicos más antiguos jamás encontrados en la Tierra, y ciertamente el más antiguo del Levante. Este descubrimiento tiene implicaciones muy importantes para comprender cómo se desarrolló la expresión simbólica en los humanos. Al mismo tiempo, aunque todavía no es posible determinar el significado exacto de estos símbolos, esperamos que la investigación continua pueda al final revelar esos detalles clave", concluye Zaidner.
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