La expedición a la Antártida a bordo del Artic Sunrise de Greenpeace evidencia ecosistemas marinos de gran biodiversidad pero muy vulnerables a la vez en el fondo marino del mar de Weddell.
Si pensamos en una palabra que defina la Antártida, ¿qué se nos pasa por la cabeza? Por nuestro cerebro confluirán palabras como "frío","congelado", "austral" o incluso, para los más despistados, animales como los osos polares. Pero sin duda hay una imagen que nos vendrá al ideario: el hielo. El sólido estado del agua en esta zona es una realidad, pero cada vez se encuentra más líquida. Y, aunque durante las dos últimas décadas la región ha visto variaciones extremas en la extensión de su hielo marino, la caída de este año no tiene precedentes desde que comenzaron las mediciones.
Realizando lo que se cree que es la inmersión científica más austral de la historia, los expedicionarios han sido testigos de una "increíble abundancia de vida, incluidos corales y otras especies vulnerables"
Las profundidades marinas de esta zona solían estar cubiertas por hielo, sin embargo, el equipo científico a bordo de la expedición de Greenpeace ha identificado el frágil ecosistema del lecho antártico. Realizando lo que se cree que es la inmersión científica más austral de la historia, a 65 grados de latitud sur, los expedicionarios han sido testigos de una "increíble abundancia de vida, incluidos corales y otras especies vulnerables". Objeto que será usado como evidencia para pedir que el área reciba protección especial en la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR).
Vídeo realizado con las imágenes captadas por la cámara del submarino de la expedición de Greenpeace que actualmente está en la Antártida.
Abundancia de vida bajo el hielo antártico
El descubrimiento de la increíble abundancia de vida en la Antártida ha coincidido con la crítica situación en la que se encuentran las aguas de la zona, siendo el punto en el que menos hielo hay desde que existen registros. "Desde que se batió el último récord de mínimo de hielo antártico en 2017, ha desaparecido un área del tamaño de Suiza" destaca John Hocevar, piloto del submarino y responsable de Océanos de Greenpeace. Por ello, reclama la necesidad de amparar esta región para proteger este ecosistema crucial.
Inmersión en la Antártida
Estrella de mar y gusano abanico, vistos durante vista durante la inmersión en la Antártida.
"Ha sido asombroso ver cuánta vida había en una parte del fondo del mar normalmente cubierta por la oscuridad del hielo marino a lo largo de millas en cualquier dirección", ha declarado la Dra. Susanne Lockhart, investigadora asociada de la Academia de Ciencias de California e investigadora principal de la Expedición. Los científicos no solo han sido testigos del exceso de vida marina, sino también de una increíble diversidad de corales y otras especies altamente vulnerables. "La vida marina ha prosperado aquí, oculta bajo el hielo marino, durante miles de años. Usaremos los datos de las inmersiones para solicitar que el área sea designada como Ecosistema Marino Vulnerable y obtenga la protección que necesita con urgencia", subraya Lockhart.
"Desde que se batió el último récord de mínimo de hielo antártico en 2017, ha desaparecido un área del tamaño de Suiza"
El último informe del IPCC: una amenaza irreversible para los océanos
Según manifestó la semana pasada el sexto informe del IPCC, el impacto del cambio climático en los océanos ya es evidente y las olas de calor que se producen en ellos ya se prolongan durante semanas o meses, exponiendo a las especies y ecosistemas marinos a condiciones que sobrepasan sus límites de tolerancia. Este informe reclama que se proteja entre el 30 y el 50 % de los océanos del mundo, ya que el cambio climático está causando daños sustanciales y pérdidas cada vez más irreversibles a los ecosistemas marinos, teniendo un impacto mucho mayor de lo que se estimaba en evaluaciones anteriores.
Invertebrados en la inmersión
Comunidad diversa de invertebrados vista durante la inmersión en la Antártida.
Unos océanos sanos son necesarios para reducir los impactos del colapso climático y, por ello, es imprescindible una actuación conjunta e inmediata. Las grandes masas de agua de la Tierra, en contacto con la recalentada parte baja de la atmósfera, se encargan de absorber una gran parte del CO2 que los seres humanos emitimos de forma descontrolada desde hace ya mucho tiempo. La organización ecologista afirma que al proteger al menos el 30% de los océanos con una red de santuarios, los ecosistemas marinos pueden recuperarse y ayudar a protegernos a todos contra los impactos de la crisis climática.
Los océanos han absorbido entre el 20 y el 30 % de las emisiones de carbono de los últimos 40 años
Un "santuario marino" que necesita ser protegido
Hace casi una década se propuso por primera vez la necesidad de catalogar el Mar de Weddell como una gran Área Marina Protegida (AMP) y Greenpeace ha criticado a la Comisión de la Antártida por "permitir que la explotación dirija su agenda", ya que tan solo protege el 5% de las aguas antárticas a pesar del compromiso de la Comisión de haber completado una red representativa de áreas marinas protegidas para 2012.
Inmersión del batiscafo durante la expedición a la Antártida
La expedición a bordo del Artic Sunrise es parte de la campaña de la organización ecologista para proteger al menos el 30% de los océanos globales con vistas al año 2030. Durante las próximas semanas, los gobiernos se reunirán en las Naciones Unidas para acordar un Tratado Global de los Océanos, una herramienta nueva e importante que podría crear una red de áreas marinas protegidas en aguas internacionales libres de actividades humanas dañinas.
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