Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., científicos de la Universidad Luterana de California, ha logrado encontrar la erupción que desencadenó alrededor del año 539 d.C. uno de los periodos de enfriamiento global más acusados de los últimos 2.000 años.
NATIONAL GEOGRAPHIC .- narra: " Las mediciones de radiocarbono y la
evidencia geológica revelan al volcán Ilopango como fuente de la colosal
y misteriosa erupción del año 539 d.C.."
Igualmente los científicos creen que las erupciones volcánicas pueden convertirse en aliados contra el Calentamiento Global, ya que cada erupción volcánica arroja a la atmósfera miles de toneladas de dióxido de azufre, cenizas y piedras, que impiden la radiación hacia La Tierra.
NATIONAL GEOGRAPHIC.- narra : " Por ello, son muchas las cuestiones que surgen alrededor de cómo podríamos “solucionar” —o más bien mitigar— el principal problema medioambiental del planeta.
La implantación global de energías renovables, la reducción de las
emisiones de CO2, la mejora de la eficiencia de los transportes… son
algunos de los aspectos que deberían cumplirse para poder finalizar el
siglo en el mejor de los escenarios. Sin embargo, la pregunta surge
también en el ámbito natural ¿podría la Tierra producir una respuesta que reduzca los efectos del cambio climático? ¿Puede ser una erupción volcánica tan potente como para disminuir drásticamente la temperatura media global?....."
https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/puede-supererupcion-volcanica-salvarnos-calentamiento-global_14389/2
Mitigar los crecientes efectos del calentamiento global es una preocupación mundial. Miles de científicos se afanan en frenar el ascenso de la temperatura global del planeta por diferentes medios. A este respecto, una enorme erupción volcánica podría disminuir la temperatura
https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/resuelto-misterio-enfriamiento-global-siglo-vi-dc_14639Las mediciones de radiocarbono y la evidencia geológica revelan al volcán Ilopango como fuente de la colosal y misteriosa erupción del año 539 d.C..
Volcán Ilopango, El Salvador
Foto: Cordon Press
Redacción
La explosión fue 100 veces más potente que la erupción del Monte St. Helens en 1980 y varias veces mayor que la erupción del Monte Pinatubo en
1991; las temperaturas descendieron muy por debajo del promedio del
hemisferio norte, hasta 2,2 grados centígrados y desencadenaron el
fracaso de los cultivos, la hambruna e incluso la aparición de la peste
bubónica. El evento, en el cual se liberaron 40.5 kilómetros cúbicos de
roca fundida y el cual representa una de las mayores erupciones
volcánicas de la Tierra en los últimos 7.000 años, fue bautizado por los
científicos como la Tierra Blanca y Joven (TBJ).
Así, los relatos históricos narran como una niebla espesa y oscura
minó la luz del sol provocando la muerte de cultivos y de una parte de
la vegetación, algo de lo que los científicos han encontrado una
equivalencia en los registros de hielo del hemisferio norte, en
Groenlandia y la Antártida, donde la mediciones de sulfato se elevan
para las fechas que corresponden a las erupciones mencionadas.
Un volcán inactivo actualmente
Hasta el momento se desconocía el origen del fenómeno, no obstante
ahora los investigadores acaban de averiguar que dicho evento fue
causado por el conocido como Volcán Ilopango, localizado en El Salvador e inactivo en la actualidad.
El trabajo dirigido por el geólogo Robert Dull de la Universidad Luterana de California ayuda a comprender un misterio geológico que llevaba años desconcertando a los expertos en la materia.
De hecho gracias a los datos obtenidos, los investigadores han podido
comprobar que, más que de un evento volcánico, se trató de sendas
erupciones de dos volcanes diferentes y espaciadas 4 años en el tiempo.
La primera probablemente ocurrió en Islandia o América del Norte y la
segunda y más potente correspondió a la erupción del Ilopango.
La fecha exacta de la erupción
Para determinar la fecha de este cataclismo, los científicos se sirvieron de las secciones del tronco de 3 de árboles
rescatados de entre las cenizas del volcán encontradas a unos 25 y 30
kilómetros del lago actual que cubre la caldera del Ilopango. Los
árboles de madera dura tropical, probablemente murieron después de ser
envueltos por los fuertes vientos huracanados cargados de cenizas, gases
y piedra pómez procedentes de la erupción. Posteriormente en el
laboratorio, los investigadores estimaron las edades de diferentes partes de a través del conteo de sus anillos y a través de la datación con carbono 14, estimaron
que dichos árboles murieron entre el año 500 y 545 d.C., lo que
ayudaría a explicar el enfriamiento y la hambruna acaecida en torno a la
fecha, e incluso podría arrojar luz en tanto al misterioso descanso
temporal en la construcción de monumentos por parte de los mayas.
Una supererupción volcánica contra el calentamiento global
Mitigar los crecientes efectos del calentamiento global es una preocupación mundial. Miles de científicos se afanan en frenar el ascenso de la temperatura global del planeta por diferentes medios. A este respecto, una enorme erupción volcánica podría disminuir la temperatura
Una posible solución natural
Las erupciones volcánicas pueden
reducir la temperatura del planeta ¿Por qué? Básicamente porque las
partículas y gases que expulsan quedan retenidas en la estratosfera y no
dejan pasar la radiación solar, reflejándola de vuelta al espacio.
Foto: Istock
La erupción del Pinatubo
Situado al norte del archipiélago
filipino, en la isla de Luzón, el volcán Pinatubo entró en erupción en
el año 1991. Fue una de las erupciones más violentas de todo el siglo
XX. Como consecuencia, se produjo una disminución de la temperatura
media global en unos 0,5ºC.
Foto: Istock
Tiembla Indonesia
Al sur de Indonesia se halla el
volcán Tambora, considerado el volcán que ha producido la mayor erupción
volcánica de la historia. Fue en 1815 y, al permanecer las cenizas
varios años en la atmósfera las temperaturas bajaron notablemente,
provocando lo que se conoció como "el año sin verano". Logró disminuir
la temperatura media global más de 2,5ºC.
Foto: CC
Mar Gómez. ElTiempo.es
Una supererupción volcánica contra el calentamiento global
El cambio climático
es la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta la humanidad.
Desde hace décadas nuestro planeta esta experimentando los cambios de un
calentamiento global propiciado por la acción humana. Son cada vez más frecuentes las sequías, olas de calor, incendios e inundaciones en todo el mundo,
y lo serán aún más en los próximos años si no se mitigan sus efectos.
Según el ultimo informe del Panel Internacional del Cambio Climático
(IPCC) la situación se complicará si a final de siglo la temperatura
media del planeta asciende 1,5ºC o lo que es aún peor, si sube hasta 2ºC
respecto a la actual.
¿Puede ser una erupción volcánica tan potente como para disminuir drásticamente la temperatura media global?
Por ello, son muchas las cuestiones que surgen alrededor de cómo podríamos “solucionar” —o más bien mitigar— el principal problema medioambiental del planeta.
La implantación global de energías renovables, la reducción de las
emisiones de CO2, la mejora de la eficiencia de los transportes… son
algunos de los aspectos que deberían cumplirse para poder finalizar el
siglo en el mejor de los escenarios. Sin embargo, la pregunta surge
también en el ámbito natural ¿podría la Tierra producir una respuesta que reduzca los efectos del cambio climático? ¿Puede ser una erupción volcánica tan potente como para disminuir drásticamente la temperatura media global?
Volcanes ¿aliados contra el cambio climático?
Lo primero que debemos saber es que las erupciones volcánicas pueden
reducir la temperatura del planeta ¿Por qué? Básicamente porque las partículas y gases que expulsan quedan retenidas en la estratosfera y no dejan pasar la radiación solar,
reflejándola de vuelta al espacio. Para que esto ocurra la erupción
debe ser lo suficientemente potente como para enviar la columna de
partículas a la atmósfera y que estas sean lo suficientemente abundantes
como para provocar este efecto.
Ejemplos no faltan en la historia. El Pinatubo —un volcán
situado en Filipinas— arrojó en 1991 a la atmósfera toneladas de roca y
ceniza y más de 15 millones de toneladas de dióxido de azufre.
Estos gases y partículas formaron aerosoles al unirse al vapor de agua
atmosférico y estos reflejaron la radiación solar durante años. Como
consecuencia, se produjo una disminución de la temperatura media global
en unos 0,5ºC.
Si nos remontamos más atrás en el tiempo, nos encontramos con el Krakatoa (en Indonesia) cuya erupción en 1883 arrojó cenizas a 80 kilómetros de altura en la atmósfera. También con el volcán Tambora, el cual se consideró la erupción más potente jamás registrada,
lanzando a la atmósfera 151.75 kilómetros cúbicos de polvo, cenizas y
piedras. Sucedió en 1815 y, al permanecer las cenizas varios años en la
atmósfera las temperaturas bajaron notablemente, provocando lo que se
conoció como "el año sin verano". Logró disminuir la temperatura media
global más de 2,5ºC.
Geoingeniería para enfriar la atmósfera
Sin embargo, los volcanes no erupcionan cuando nosotros lo deseamos y algunos científicos ya han planteado la posibilidad de intervenir en la atmósfera —inyectando partículas de aerosoles— para enfriar el planeta y combatir, de este modo, el calentamiento global.
El mayor problema de esto, además de producir una intrusión no natural en el sistema climático, es el hecho de que se pueden producir cambios en los patrones de circulación en el caso de inyección de dióxido de azufre, algo que también puede afectar a la formación de la microfísica de nubes.
Podría tener impacto además sobre los seres humanos produciendo una pérdida del ozono estratosférico y por lo tanto contribuyendo a que llegue mayor radiación solar. Esto produciría índices de radiación ultravioletas elevados y mayor posibilidad de cáncer de piel y enfermedades derivadas.
Lo que está claro es que, si queremos que la Tierra continúe siendo un lugar habitable, se deben tomar medidas contra el cambio climático, un fenómeno global que cada vez preocupa más a los investigadores, gobiernos y población en general.
NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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