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domingo, 15 de agosto de 2021

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN : Capítulo XCI.- Siekik, después de recibir a los comerciantes, acordaron intercambiar todos los quipes de productos que ellos ofrecían, a cambio que tenían que entregarlos en la vivienda del señor Chonkik; para la noche, él, citó a la instructora para que lo acompañe...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los : Orígenes del Señor de Sipán; Siekik y los otros líderes fueron avisados por un centinela que custodiaba la entrada del bosque del Sur, que los vigilantes detectaron el movimiento de gentes desde el Sur, que por la lejanía no se sabe si son comerciantes o guerreros; los líderes al no tener una precisión de ¿Quiénes eran esas gentes?, tomaron sus precauciones movilizando a un contingente de guerreros, aún así todo hacía suponer que eran comerciantes, por que los invasores nunca atacaban de día claro. ... sigamos el relato................

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: 
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Los líderes Siekik, Chamokik y Kamokac; se pusieron de acuerdo, que en caso que sean comerciantes, ellos le ofrecerían el intercambio bajo sus exigencias, dado que tenían existencias suficientes como para no tocarlas; claro está, habían productos de consumo inmediato que no podían guardarse por mucho tiempo y que generalmente eran los más atractivos para el trueque tales como la carne seca de llamas y venados, los camotes, y las yucas, que había que hacer un trabajo minucioso de quitarles la cáscara y secarlas al Sol; lo que si guardaban por largo tiempo eran el maíz y las menestras.
Siekik, en compañía de los otros líderes se movilizaron hacia la entrada del bosque, que comprendía el Sur, ellos fueron comandando un contingente de 80 guerreros, quienes al llegar al puesto de entrada, encontraron allí muy preocupado al líder de mando, quien al verlos les dijo:
--- Oh Grandes Líderes, mis centinelas han detectado a un número de gentes que vienen hacia nosotros, la lejanía no nos permite identificar ¿Quiénes son?, todo indica que son guerreros por lo lento de sus movimientos.
Siekik, que lo escuchó con atención, le preguntó:
--- Vasallo ¿Desde cuándo asumió el cargo en este punto de la entrada?
El responsable, respondió:
--- Oh Gran Líder, yo estoy aquí desde cuando lo ordenó el líder Kamokac; antes trabajaba como agricultor, nunca me enfrentado al enemigo y estoy capacitado para hacer frente.
Siekik, se sonrió y le dijo:
--- Guerrero, debe saber que ninguna tribu invasora nos atacaría de día claro, sencillamente por que serían detectados y enfrentados con ventaja nuestra, y que ellos perderían sus planes de conquista; aún no he visto ese tumulto de gentes, pero si dices que se mueven lentos, significa que no son guerreros sino comerciantes que vienen cargados de productos; por esa razón con el peso al hombro caminan lentamente, definitivamente son mercaderes.
El responsable del contingente de centinelas, le replicó:
--- Oh Gran Líder, la ruta que viene esa gente, no es el camino que usan los comerciantes, es una ruta de guerreros.
Siekik, decidió ir el mismo al altillo donde los centinelas vigilaban y  dijo:
--- Guerrero en este momento vamos al lugar donde están los centinelas y llevaremos al contingente por precaución.
Todos se movilizaron, quienes al llegar al filo del horizonte, fue Chamokik, quien ordenó así:
--- ¡¡¡ Guerreros tumbarse al suelo y permanezcan allí.!!!
Siekik, aplicando sus dones de larga visión que lo conocemos como "El tercer ojo", subió a lo más alto del puesto de los vigilantes y desde allí oteó hacia el Sur, él distinguió a los caminantes, efectivamente se movían muy lento, era comerciantes no cavia duda, con esa tranquilidad, él se acercó a Kamokac y le dijo:
--- Kamokac, esos comerciantes traen muchos productos, regresa a lo silos y verifica las existencias y estado de conservación de los productos, que haremos buenos negocios.
Kamokac, con parte del contingente, dio marcha atrás y se fue al Asentamiento, al llegar pasó directamente a los silos y comenzó a clasificar por el estado de conservación, encontró al menos así lo percibió que parte del pescado salado seco, estaba rancio y en estado de descomposición con olores fétidos; él recordó que un grupo de comerciantes aún desconocidos le intercambiaron esos productos, él no estuvo presente al momento del intercambio.
Con ese detalle, ordenó a un grupo de guerreros, sacar esos productos al Sol, para ver si se podía recuperar y él pensó que las cocineras le estaba fallando el olfato que no percibieron el mal olor.
Entonces, a la entrada del Sur, tal como lo había previsto Siekik, llegaron un numeroso grupo de comerciantes quienes habían tomado esa ruta, por que venía desde la laguna grande (El Mar) y traían grandes cantidades de pescado seco salado y carne seca de foca.

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío. 
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

A ellos se les habían unido un grupo de comerciantes orfebres quienes también venían cargados de productos de oro y plata y también un tercer grupo de comerciantes de carnes secas.
Siekik y Chamokik, recibieron con aprecio a los comerciantes y los invitaron al Asentamiento Humano, quienes muy cargados con sus quipes al hombro, llegaron y ofrecieron las mercaderías, estando allí se les unió Kamokac, quien con signos de preocupación se acercó a Siekik y le dijo:
--- Oh Gran Líder, tengo productos pestilentes, me refiero al pescado salado, que está rancio, no sé si puedo recuperarlo, voy a consultar con los comerciantes y mostrarles el producto.
Siekik, quien pensaba llevar todo lo que habían traído los comerciantes para la vivienda del señor Chonkik, le respondió:
--- Kamokac, si esos productos están en descomposición, fue tu decisión en aceptarlos; pues, consulta y si no están aptos se tirarán a los gallinazos.
Kamokac, quien todavía no ha visto a los comerciantes y cuando se acercó a ellos, detectó que eran los mismos que le dejaron los productos marinos, que no estaban en óptimas condiciones según él los percibió y de frente fue al tasador y le reclamó:
--- Hombre, tu viniste aquí hace 5 manos llenos de días de claridad (6 semanas) y hubo trueque que te entregamos menestras por pescado seco salado, pero esos productos están rancios y pestilentes, quiero que los recojas y los cambies.
El comerciante, reaccionó muy enojado, desconociendo haber entregado esos productos y argumentó que él, los entregó en óptimas condiciones y que tal vez los silos no tengan buenas ventilaciones.
Esas argumentaciones ofendían el trabajo minucioso que había puesto Kamokac, que transformó el almacenamiento en el mejor lugar para guardar productos y lo invitó a que vea con sus propios ojos lo que le reclamaba.
El comerciante y Kamokac fueron a los silos, ya se había secado al Sol, lo que se creía que estaba en descomposición, que estando tendido desapareció el mal olor y se recobró el aroma de pescado que siempre estuvo y el líder le había parecido ese olor como si fuese podrido, el comerciante se sonrió y le dijo:
--- Oh Gran Líder Kamokac, le hago una pregunta ¿Tienes usted una mujer preñada?
El líder muy incómodo por la pregunta, le contestó:
--- Si, mi pareja está preñada, pero ¿Qué tiene que ver, con los productos que yo crecía que estaban podridos?
El comerciante le respondió:
--- Oh Gran Líder, usted ha captado los gustos de la preñez de su pareja, que nunca son iguales tal como nosotros los percibimos, esos gustos originan ascos y olores pestilentes, pero no se preocupe eso pasa y recobrará los olores  a su nariz. 
Ambos personajes, se chocaron los puños cerrados en señal de acuerdo y amistad, y se ordenó guardar el pescado que si estuvo en óptimas condiciones.
Al regresar donde estaba Siekik; fue el joven líder que les propuso a los comerciantes que les compraba todo lo que cargaban y que tenía que ser transportado a la vivienda del señor Chonkik, que les demandaría caminar un día entero.
Los comerciantes aceptaron, ya que ellos no conocían esa nueva ruta, se pusieron de acuerdo en las transacciones que fueron pagadas por Kamokac con granos, yuca y camote, que eran los productos que necesitaban para los habitantes de la gran laguna (el Mar).
Entonces, Siekik ordenó a Chamokik que regrese a la vivienda del señor Chonkik acompañando a los comerciantes que gustosos irán a una ruta que nunca la frecuentaron; el joven líder se quedó por un tiempo más, para reforzar los puntos vulnerables de probables invasiones; la siguiente noche fue acompañado por la joven hermosa que disfrutó su compañía, los padres fueron recompensados con un nuevo trabajo suave.
Pero, había algo pendiente con la instructora, quien se había enamorado del joven líder y ella lamentaba haber entregado a la joven hermosa y no haberse ofrecido ella, el joven líder Siekik también deseaba la compañía de la instructora y planeó estar una noche con ella, fue directo a los telares, felizmente la encontró en su pasadizo sola y le dijo:
--- Mujer, destina a las jóvenes aprendices a trabajar toda el día incluida la noche, y que después de la última comida, descansen en los telares para lograr producir tu orden de tejidos y tu me acompañas esta noche, tienes que ser prudente y que nadie te vea entrar a mi cobijo.
Para la instructora, era como si los dioses le hubiesen cantado una melodía a sus oídos; la invitación de Siekik simplemente le encantó, y con una sonrisa a flor de labios se dirigió al salón de las aprendices, lo primero que vio fue a su "rival" la joven hermosa que lucía más bonita que nunca, y les dio la orden de producir tejidos que era urgente para entregar al joven líder y que ellas trabajen noche y día.
En la noche, ella salió de los telares, se fue a la acequia, se bañó y se cambió de ropa, ella ya le había confeccionado una nueva muda para el líder, cargó con ella y fue caminando por el lado oscuro donde no habían mechones de luz, llegó al pequeño templo, la puerta estaba abierta y entró donde descansaba el joven líder.....................
Continuaremos.................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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